Los escritos de Urantia en línea
Los escritos de Urantia
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PARTE I: EL UNIVERSO CENTRAL Y LOS SUPRAUNIVERSOS
000 Prólogo
001 El Padre Universal
002 La naturaleza de Dios
003 Los atributos de Dios
004 La relación de Dios con el universo
005 La relación individual de Dios con los mortales
006 El Hijo Eterno
007 La relación del Hijo Eterno con el universo
008 El Espíritu Infinito
009 La relación del Espíritu Infinito con el universo
010 La Trinidad del Paraíso
011 La Isla eterna del Paraíso
012 El universo de los universos
013 Las esferas sagradas del Paraíso
014 El universo central y divino
015 Los siete suprauniversos
016 Los siete espíritus mayores
017 Los siete grupos de espíritus supremos
018 Los seres personales supremos de la Trinidad
019 Seres correlacionados de origen en la Trinidad
020 Los hijos de Dios del Paraíso
021 Los hijos creadores del Paraíso
022 Los hijos de Dios trinitizados
023 Los mensajeros solitarios
024 Los seres personales superiores del Espíritu Infinito
025 Las multitudes de mensajeros del espacio
026 Los espíritus servidores del universo central
027 El ministerio de los supernafines primarios
028 Los espíritus servidores de los suprauniversos
029 Los directores de la potencia del universo
030 Los seres personales del gran universo
031 El colectivo final
PARTE II: EL UNIVERSO LOCAL
032 Evolución de los universos locales
033 La administración del universo local
034 El espíritu materno del universo local
035 Los hijos de Dios de los universos locales
036 Los portadores de vida
037 Los seres personales del universo local
038 Los espíritus servidores del universo local
039 Las multitudes seráficas
040 Los hijos ascendentes de Dios
041 Aspectos físicos del universo local
042 Energía, mente y materia
043 Las constelaciones
044 Los artesanos celestiales
045 La administración del sistema local
046 La sede del sistema local
047 Los siete mundos de las moradas
048 La vida morontial
049 Los mundos habitados
050 Los príncipes planetarios
051 Los adanes planetarios
052 Épocas planetarias de los mortales
053 La rebelión de Lucifer
054 Los problemas de la rebelión de Lucifer
055 Las esferas de luz y vida
056 La unidad universal
PARTE III: LA HISTORIA DE URANTIA
057 El origen de Urantia
058 Establecimiento de la vida en Urantia
059 La era de la vida marina en Urantia
060 Urantia durante la era de la vida terrestre primitiva
061 La era de los mamíferos en Urantia
062 Las razas precursoras del hombre primitivo
063 La primera familia humana
064 Las razas evolutivas de color
065 La acción directiva sobre la evolución
066 El príncipe planetario de Urantia
067 La rebelión planetaria
068 Los albores de la civilización
069 Instituciones humanas primitivas
070 Evolución del gobierno humano
071 El desarrollo del estado
072 El gobierno de un planeta vecino
073 El Jardín de Edén
074 Adán y Eva
075 La transgresión de Adán y de Eva
076 El segundo jardín
077 Las criaturas intermedias
078 La raza violeta después de los días de Adán
079 La expansión andita en Oriente
080 La expansión andita en Occidente
081 Desarrollo de la civilización moderna
082 Evolución del matrimonio
083 La institución del matrimonio
084 Matrimonio y vida familiar
085 Orígenes de la adoración
086 Evolución temprana de la religión
087 El culto a los espectros
088 Fetiches, amuletos y magia
089 Pecado, sacrificio y expiación
090 Chamanismo: Curanderos y sacerdotes
091 Evolución de la oración
092 Evolución posterior de la religión
093 Maquiventa Melquisedec
094 Las enseñanzas de Melquisedec en Oriente
095 Las enseñanzas de Melquisedec en el Levante
096 Yahvé, el Dios de los hebreos
097 Evolución del concepto de Dios entre los hebreos
098 Las enseñanzas de Melquisedec en Occidente
099 Los problemas sociales de la religión
100 La religión en la experiencia humana
101 Naturaleza real de la religión
102 Fundamentos de la fe religiosa
103 La realidad de la experiencia religiosa
104 Expansión del concepto de la Trinidad
105 Deidad y realidad
106 Los niveles de la realidad del universo
107 Origen y naturaleza de los modeladores del pensamiento
108 Misión y ministerio de los modeladores del pensamiento
109 Relación de los modeladores con las criaturas del universo
110 Relación de los modeladores con el ser humano
111 El modelador y el alma
112 La supervivencia del ser personal
113 Los guardianes seráficos del destino
114 El gobierno planetario seráfico
115 El Ser Supremo
116 El Todopoderoso Supremo
117 El Dios Supremo
118 El Supremo y el Último —el tiempo y el espacio—
119 Los ministerios de gracia de Cristo Miguel
PARTE IV: VIDA Y ENSEÑANZAS DE JESÚS
120 El ministerio de gracia de Miguel en Urantia
121 La época del ministerio de gracia de Miguel
122 Nacimiento e infancia de Jesús
123 Niñez temprana de Jesús
124 Niñez tardía de Jesús
125 Jesús en Jerusalén
126 Los dos años cruciales
127 Sus años adolescentes
128 Edad adulta temprana de Jesús
129 Vida adulta posterior de Jesús
130 De camino a Roma
131 Las religiones del mundo
132 Estancia en Roma
133 Regreso de Roma
134 Los años de transición
135 Juan el Bautista
136 El bautismo y los cuarenta días
137 Tiempo de espera en Galilea
138 Formación de los mensajeros del reino
139 Los doce apóstoles
140 La ordenación de los doce
141 Inicio de la labor pública
142 En la Pascua de Jerusalén
143 A través de Samaria
144 En Gilboa y en la Decápolis
145 Cuatro días memorables en Cafarnaúm
146 El primer viaje de predicación por Galilea
147 Un paréntesis en su labor para visitar Jerusalén
148 Formación de los evangelistas en Betsaida
149 El segundo viaje de predicación
150 El tercer viaje de predicación
151 Estancia y enseñanzas junto al mar
152 Los sucesos que desembocaron en la crisis de Cafarnaúm
153 La crisis de Cafarnaúm
154 Últimos días en Cafarnaúm
155 Huida por el norte de Galilea
156 Estancia en Tiro y Sidón
157 En Cesarea de Filipo
158 El monte de la transfiguración
159 Viaje por la Decápolis
160 Rodán de Alejandría
161 Otras conversaciones con Rodán
162 En la fiesta de los Tabernáculos
163 La ordenación de los setenta en Magadán
164 En la fiesta de la Dedicación
165 Comienza la misión de Perea
166 Última visita al norte de Perea
167 Visita a Filadelfia
168 La resurrección de Lázaro
169 Últimas enseñanzas en Pella
170 El reino de los cielos
171 De camino a Jerusalén
172 Entrada en Jerusalén
173 Lunes en Jerusalén
174 Martes por la mañana en el templo
175 El último discurso en el templo
176 En el monte de los Olivos, a última hora de la tarde del martes
177 Miércoles, día de descanso
178 Último día en el campamento
179 La última cena
180 El discurso de despedida
181 Consejos y advertencias finales
182 En Getsemaní
183 Traición y arresto de Jesús
184 Ante el tribunal del sanedrín
185 El juicio ante Pilato
186 Justo antes de la crucifixión
187 La crucifixión
188 El tiempo en la tumba
189 La resurrección
190 Las apariciones morontiales de Jesús
191 Apariciones a los apóstoles y a otros líderes
192 Apariciones en Galilea
193 Últimas apariciones y ascensión
194 La dádiva del espíritu de la verdad
195 Tras Pentecostés
196 La fe de Jesús
Escrito 13
Las esferas sagradas del Paraíso
13:0.1 (143.1) Entre la Isla central del Paraíso y las vías planetarias más interiores de Havona se encuentran situadas en el espacio tres vías circulatorias menores formadas por esferas especiales. La más interna está constituida por las siete esferas secretas del Padre Universal; la segunda la componen los siete mundos luminosos del Hijo Eterno; la más externa la conforman las siete inmensas esferas del Espíritu Infinito, los mundos rectores que constituyen las sedes centrales de los siete espíritus mayores.
13:0.2 (143.2) Estas tres vías formadas por los siete mundos del Padre, del Hijo y del Espíritu contienen esferas de grandeza insuperable y gloria inimaginable. Incluso su construcción física o material es de un orden que no se os ha revelado. Cada vía es de distinto material, y cada mundo de cada vía es diferente, exceptuando los siete mundos del Hijo que son de igual constitución física. Las veintiuna esferas son enormes, y cada grupo de siete está eternizado de diferente manera. Hasta donde sabemos, estas esferas siempre han sido así; como el Paraíso, son eternas. No existe constancia ni crónica de su origen.
13:0.3 (143.3) Las siete esferas secretas del Padre Universal, que circundan el Paraíso en estrecha proximidad a la Isla eterna, reflejan en grado sumo la luminosidad espiritual procedente del resplandor interno de las Deidades eternas, que vierten esta luz de gloria divina por todo el Paraíso e incluso sobre las siete vías planetarias de Havona.
13:0.4 (143.4) Parece que las energías impersonales de luminosidad espiritual se originan en los siete mundos sagrados del Hijo Eterno. Ningún ser personal puede habitar en ninguno de estos siete ámbitos de resplandor. Con su gloria espiritual iluminan todo el Paraíso y Havona, y dirigen hacia los siete suprauniversos una luminosidad espiritual pura. Asimismo, estas esferas brillantes de la segunda vía emiten su luz (luz sin calor) al Paraíso y a las siete vías circulatorias formadas por los mil millones de mundos del universo central.
13:0.5 (143.5) Los siete espíritus mayores, que presiden los destinos de los siete suprauniversos, ocupan los siete mundos del Espíritu Infinito y envían a estas creaciones del tiempo y del espacio la luz espiritual de la tercera persona de la Deidad. Y todo Havona, aunque no la Isla del Paraíso, se inunda de estas influencias espiritualizadoras.
13:0.6 (143.6) Aunque los mundos del Padre son esferas de condición última para todos los seres que el Padre ha dotado del ser personal, este no es su cometido exclusivo. Muchos seres y entidades distintas a las personales los habitan. En cada mundo de la vía circulatoria del Padre y de la vía circulatoria del Espíritu hay una determinada clase de ciudadanía permanente, pero pensamos que en los mundos del Hijo normalmente moran seres distintos a los personales. Entre los originarios de Lugar de la Divinidad se cuentan las fracciones del Padre; los otros órdenes de ciudadanía permanente no se os han revelado.
13:0.7 (143.7) Los veintiún satélites del Paraíso tienen muchos cometidos tanto en el universo central como en los suprauniversos no revelados en estas narraciones. Es tan poco lo que podéis comprender respecto a la vida en estas esferas, que no podéis abrigar la esperanza de tener una visión exacta de ellas ni en cuanto a su naturaleza ni a su labor; allí se dan miles de tareas no reveladas. Estas veintiuna esferas abarcan los potenciales de la capacidad del universo matriz. Estos escritos tan solo proporcionan un breve atisbo de cierta delimitada actividad correspondiente a la presente era del gran universo —más bien, de uno de los siete sectores del gran universo—.
1. LOS SIETE MUNDOS SAGRADOS DEL PADRE
13:1.1 (144.1) La vía circulatoria de las esferas de vida sagrada del Padre contiene los únicos secretos consustanciales al ser personal del universo de los universos. Estos satélites del Paraíso, que conforman la vía más interior de las tres, son las únicas áreas prohibidas del universo central relacionadas con el ser personal. El Paraíso inferior y los mundos del Hijo están de igual modo cerrados a los seres personales, pero ninguno de ellos se ocupa del ser personal directamente.
13:1.2 (144.2) El más elevado orden de hijos estacionarios de la Trinidad, los seres secretos trinitizados de supremacía, dirigen los mundos del Paraíso del Padre. Poco puedo decir de estos mundos y, menos aún, de su numerosa actividad. Tal información atañe tan solo a aquellos seres que actúan y tienen su lugar de procedencia allí. Y, aunque tengo algún conocimiento de seis de estos mundos especiales, nunca he descendido a Lugar de la Divinidad. Ese mundo me está completamente prohibido.
13:1.3 (144.3) Una de las razones del secreto de estos mundos es que cada una de estas esferas sagradas disfruta de una representación, o manifestación, distintiva de las Deidades que componen la Trinidad del Paraíso; no se trata de una manifestación personal sino de una singular presencia de la divinidad que solo pueden reconocer y percibir esos grupos determinados de seres inteligentes que residen en esa esfera específica, o que son admitidos a ella. Los seres secretos trinitizados de supremacía son las instancias intermedias personales de estas presencias distintivas e impersonales de la Divinidad; son seres sumamente personales, dotados espléndidamente y adaptados maravillosamente a su excelsa y exigente labor.
13:1.4 (144.4) 1. LUGAR DE LA DIVINIDAD. Este mundo es, en un sentido único, el “seno del Padre”, la esfera de comunión personal del Padre Universal, y en él existe una manifestación especial de su divinidad. Lugar de la Divinidad es el punto de encuentro en el Paraíso de los modeladores del pensamiento, pero es también la residencia habitual de numerosas otras entidades, de seres personales y de otros seres que se originan en el Padre Universal. Muchos otros seres personales, además del Hijo Eterno, se originan directamente bajo la acción única del Padre Universal. Solamente las fracciones del Padre y esos seres personales y otros seres que tienen su origen directa y exclusivamente en el Padre Universal, fraternizan y desempeñan su labor en esta morada.
13:1.5 (144.5 Los secretos de Lugar de la Divinidad incluyen el secreto de la dádiva y de la misión de los modeladores del pensamiento. Su naturaleza, su origen y su modo de contacto con las criaturas más modestas de los mundos evolutivos se conservan en secreto en esta esfera del Paraíso. Esta formidable tarea no tiene nada que ver personalmente con el resto de nosotros, y, por lo tanto, las Deidades consideran apropiado evitar que conozcamos del todo ciertas características de este ministerio grandioso y divino. Se nos permite tener un conocimiento completo de este proceso siempre que entremos en contacto con esta faceta de la actividad divina, pero no se nos informa del todo en cuanto a los pormenores de dicha magna dádiva.
13:1.6 (145.1) Esta esfera también alberga los secretos de la naturaleza, propósito y actividad de todas las otras formas de las fracciones del Padre, de los mensajeros de la gravedad y de multitudes de otros seres que no se os han revelado. Es muy probable que esas verdades de Lugar de la Divinidad que se me ocultan, si fueran reveladas, no harían sino confundirme y dificultar mi labor actual y, además, tal vez estén más allá de la capacidad conceptual de los seres del orden al que pertenezco.
13:1.7 (145.2) 2. LUGAR DEL HIJO. Esta esfera es el “seno del Hijo”, el mundo personal de acogida del Hijo Eterno. Es la sede en el Paraíso de los Hijos de Dios descendentes y ascendentes cuando, y después de que, se les reconoce totalmente y obtienen la aprobación para ello. Este mundo constituye la residencia habitual en el Paraíso de todos los Hijos del Hijo Eterno y de sus Hijos homólogos y adjuntos. Hay numerosos órdenes de filiación divina vinculados a esta morada excelsa no revelados a los mortales, dado que no están implicados en el plan de ascensión establecido para el progreso espiritual del ser humano hacia el Paraíso a través de los universos.
13:1.8 (145.3) Los secretos de Lugar del Hijo incluyen el secreto de la encarnación de los Hijos divinos. El hecho de que un Hijo de Dios se convierta en Hijo del Hombre, naciendo literalmente de una mujer, como ocurrió en vuestro mundo hace mil novecientos años, es un misterio del universo. Lo mismo ocurre en todos los universos, y es el secreto de la filiación divina de Lugar del Hijo. Los modeladores son un misterio del Dios Padre. La encarnación de los Hijos divinos es un misterio del Dios Hijo. Es un secreto oculto en el séptimo sector de Lugar del Hijo, un ámbito en el que nadie penetra salvo los que han pasado personalmente por esta singular vivencia. Os han informado solamente de aquellas facetas de la encarnación que guardan relación con vuestra andadura de ascensión. Existen otros muchos aspectos referentes al misterio de la encarnación de los Hijos del Paraíso en cuando a misiones en el universo para la realización de algún servicio, que tampoco se os han revelado. Y todavía existen otros misterios en Lugar del Hijo.
13:1.9 (145.4) 3. LUGAR DEL ESPÍRITU. Este mundo es el “seno del Espíritu”, la residencia habitual en el Paraíso de los seres elevados que representan de forma exclusiva al Espíritu Infinito. Aquí se congregan los siete espíritus mayores y algunos de sus vástagos de todos los universos. En esta morada celestial también pueden encontrarse numerosos órdenes no revelados de seres personales espirituales, de seres asignados a múltiples tareas universales no relacionadas con los planes para elevar a las criaturas mortales del tiempo a los niveles eternos del Paraíso.
13:1.10 (145.5) Los secretos de Lugar del Espíritu incluyen los misterios impenetrables de la reflectividad. Os hablamos del fenómeno inmenso y universal de la reflectividad, más en particular tal como opera en los mundos-sede de los siete suprauniversos, pero nunca damos una información completa porque no lo entendemos del todo. Comprendemos bastante, pero muchos detalles esenciales nos resultan todavía un misterio. La reflectividad es un secreto del Dios Espíritu. Se os ha instruido respecto a la acción de la reflectividad en relación con el plan de ascensión y supervivencia de los mortales y, en efecto, obra de ese modo; pero la reflectividad es también un elemento indispensable en la labor ordinaria de numerosas otras facetas ocupacionales del universo. Esta dotación procedente del Espíritu Infinito se utiliza también en otros canales además de aquellos dedicados a reunir datos y a diseminar información. Y existen otros secretos en Lugar del Espíritu.
13:1.11 (145.6) 4. LUGAR DE VICERREGENCIA. Este planeta es el “seno del Padre y del Hijo”, y es la esfera secreta de ciertos seres no revelados que tienen su origen en los actos del Padre y del Hijo. Esta es también la residencia habitual en el Paraíso de muchos seres glorificados de ascendencia compleja, de aquellos cuyo origen es complejo debido a los múltiples y distintos métodos operativos en los siete suprauniversos. Muchos grupos de seres de identidad no revelada a los mortales de Urantia se reúnen en este mundo.
13:1.12 (146.1) Los secretos de Lugar de Vicerregencia incluyen los secretos de la trinitización, y la trinitización constituye el secreto de la potestad para representar a la Trinidad, para servir de vicerregentes de los Dioses. La autorización para representar a la Trinidad corresponde solo a aquellos seres, revelados y no revelados, que son trinitizados, creados, devenidos o eternizados por cualquier combinación de dos miembros de la Trinidad del Paraíso o de los tres juntos. Los seres personales que tienen su existencia mediante los actos de trinitización de ciertos tipos de criaturas glorificadas no representan sino la activación del potencial conceptual de esa trinitización, si bien, tales criaturas pueden ascender por la ruta de acogimiento de la Deidad, abierta a todos los de su clase.
13:1.13 (146.2) Los seres no trinitizados no comprenden por completo el método de trinitización por parte de dos o tres creadores o de ciertas criaturas. Nunca comprenderéis del todo un fenómeno así a menos que, en el futuro remoto de vuestra andadura glorificada, intentéis esta aventura y triunféis, porque de otro modo estos secretos de Lugar de Vicerregencia siempre os serán prohibidos. Pero para mí, un ser elevado de origen en la Trinidad, todos los sectores de Lugar de Vicerregencia están abiertos. Comprendo totalmente, al igual que guardo de forma plena y sagrada, el secreto de mi origen y mi destino.
13:1.14 (146.3) Todavía existen otras formas y facetas de la trinitización que no han sido puestas en conocimiento de los pueblos de Urantia, y estas experiencias, en sus aspectos personales, están debidamente guardadas en el sector secreto de Lugar de Vicerregencia.
13:1.15 (146.4) 5. LUGAR DE SOLITUD. Este mundo es el “seno del Padre y el Espíritu” y el punto de encuentro de una magnífica multitud de seres no revelados que se originan en los actos conjuntos del Padre Universal y del Espíritu Infinito, de seres que, además de ser herederos del Espíritu, comparten rasgos del Padre.
13:1.16 (146.5) Esta es también la residencia habitual de los mensajeros solitarios y de otros seres personales de órdenes supraangélicos. Vosotros conocéis a muy pocos de estos seres; hay un inmenso número de órdenes no revelados en Urantia. El hecho de que residan en el quinto mundo no indica necesariamente que el Padre haya tenido que ver con la creación de los mensajeros solitarios o con sus colaboradores supraangélicos, pero en esta era del universo él sí está relacionado con la labor que realizan. Durante la presente era del universo, esta es también la esfera estacional de los directores de la fuerza del universo.
13:1.17 (146.6) Existen otros numerosos órdenes de seres personales espirituales, seres desconocidos para el hombre mortal, que consideran Lugar de Solitud como su esfera y residencia habitual en el Paraíso. Debe recordarse que todas las divisiones y niveles referentes a la actividad del universo están tan completamente provistas de servidores espirituales como lo está el ámbito dedicado a la labor de ayudar al hombre mortal a ascender a su divino destino en el Paraíso.
13:1.18 (146.7) Los secretos de Lugar de Solitud. Además de ciertos secretos de trinitización, este mundo encierra los secretos de la relación personal del Espíritu Infinito con algunos de los vástagos más elevados de la Tercera Fuente y Centro. En Lugar de Solitud se guardan los misterios de la estrecha relación de numerosas clases no reveladas con los espíritus del Padre, del Hijo y del Espíritu, con el triple espíritu de la Trinidad y con los espíritus del Supremo, el Último y el Supremo-Último.
13:1.19 (146.8) 6. LUGAR DE SERAFINES. Esta esfera es el “seno del Hijo y del Espíritu”, y la residencia habitual de inmensas multitudes de seres no revelados creados por el Hijo y el Espíritu. Es también la esfera de destino de todos los órdenes de servidores de las multitudes de ángeles, incluyendo a los supernafines, los seconafines y los serafines. También sirven en el universo central y en los universos más lejanos muchos órdenes de espíritus magníficos que no son “espíritus servidores para aquellos que serán herederos de la salvación”. Todos ellos, que realizan una labor espiritual en todos los niveles y ámbitos referentes a la actividad del universo, consideran Lugar de Serafines como su residencia habitual en el Paraíso.
13:1.20 (147.1) Los secretos de Lugar de Serafines contienen un triple misterio, de los cuales solamente puedo mencionar uno: el misterio del transporte seráfico. La capacidad, de distintos órdenes de serafines y de seres espirituales afines, de envolver dentro de su forma espiritual a todos los órdenes de seres personales no materiales y transportarlos en largos viajes interplanetarios es un secreto guardado en los sectores sagrados de Lugar de Serafines. Los serafines transportadores entienden este misterio, pero ellos no lo comunican al resto de nosotros, o tal vez no pueden. Los otros misterios de Lugar de Serafines pertenecen a la experiencia personal de ciertas clases de espíritus servidores hasta ahora sin revelar a los mortales. Y nos abstenemos de hablar de los secretos de esos seres tan íntimamente relacionados con vosotros, porque casi podríais llegar a comprender órdenes de existencia tan cercanos, y desvelar nuestro conocimiento de dicho fenómeno, por parcial que sea, sería como traicionar una confianza depositada en nosotros.
13:1.21 (147.2) 7. LUGAR DE LA ASCENSIÓN. Este mundo singular es “el seno del Padre, del Hijo y del Espíritu”, el punto de encuentro de las criaturas que ascienden del espacio, la esfera de acogida de los peregrinos del tiempo que atraviesan el universo de Havona en su camino al Paraíso. Lugar de la Ascensión es en realidad la morada en el Paraíso de las almas que ascienden del tiempo y del espacio hasta que alcanzan estatus paradisíaco. Durante la estancia en Havona, vosotros los mortales pasaréis la mayor parte de vuestras “vacaciones” en Lugar de la Ascensión. Durante vuestra vida en Havona, Lugar de la Ascensión será para vosotros lo que los directores de reversión fueron en la ascensión en el universo local y en el suprauniverso. Aquí os ocuparéis de miles de tareas que escapan a la imaginación humana. Y, al igual que en cada uno de los avances previos en el ascenso hacia Dios, vuestro yo humano entrará aquí en una nueva relación con vuestro yo divino.
13:1.22 (147.3) Los secretos de Lugar de la Ascensión incluyen el misterio de la creación continuada y segura en la mente mortal y material de un equivalente espiritual y potencialmente inmortal de su carácter e identidad. Este fenómeno constituye uno de los misterios más desconcertantes de los universos: la evolución de un alma inmortal en la mente de una criatura mortal y material.
13:1.23 (147.4) Jamás comprenderéis del todo este hecho misterioso hasta que lleguéis a Lugar de la Ascensión. Precisamente por eso, todo Lugar de la Ascensión se abrirá ante vuestros asombrados ojos. Una séptima parte de este mundo me está prohibida —ese sector que se ocupa de este mismo secreto que es (o será) posesión y vivencia exclusiva de vuestro tipo de ser—. Esta experiencia personal pertenece a vuestro orden humano de existencia. El orden de ser personal al que pertenezco no tiene relación directa con estos hechos. Por lo tanto, su conocimiento me está prohibido, aunque acabará por ser revelado. Pero, incluso después de que os sea revelado, por alguna razón seguirá siendo siempre vuestro secreto. No lo revelaréis a nosotros ni a ningún otro orden de seres. Sabemos de la fusión eterna de un modelador divino y de un alma inmortal de origen humano, pero los ascendentes finalizadores sienten esta vivencia misma como una realidad absoluta.
2. RELACIONES EN LOS MUNDOS DEL PADRE
13:2.1 (147.5) Estos mundos, que constituyen la residencia habitual de diversos órdenes de seres espirituales, son esferas portentosas y maravillosas, y son iguales al Paraíso en su belleza incomparable y su espléndida gloria. Son mundos de encuentro, esferas de reunión, que sirven en el cosmos de residencias fijas. Como finalizadores, tendréis vuestro domicilio en el Paraíso, pero Lugar de la Ascensión será en todo momento vuestra residencia fija, incluso cuando iniciéis vuestro servicio en el espacio exterior. Durante toda la eternidad consideraréis Lugar de la Ascensión como vuestro hogar, que recordaréis con emoción y evocaréis en vuestra memoria. Cuando os convirtáis en seres espirituales de la séptima etapa, es posible que renunciéis a vuestro estatus de residentes del Paraíso.
13:2.2 (148.1) Si los universos exteriores están en proceso de creación, si han de ser habitados por criaturas del tiempo potencialmente capacitadas para ascender, se deduce que estos hijos del futuro también estarán destinados a considerar Lugar de la Ascensión como su mundo y residencia habitual en el Paraíso.
13:2.3 (148.2) Lugar de la Ascensión es la única esfera sagrada que estará abierta sin reservas a vuestra contemplación al llegar al Paraíso. Lugar de Vicerregencia es la única esfera sagrada que está total e incondicionalmente abierta a mi observación. Aunque sus secretos guardan relación con mi origen, en esta era del universo no considero Lugar de Vicerregencia como mi residencia habitual. Los seres de origen en la Trinidad y los seres trinitizados no son la misma cosa.
13:2.4 (148.3) Los seres de origen en la Trinidad no comparten por completo los mundos del Padre. Tienen su residencia en la Isla del Paraíso en estrecha proximidad al Ámbito Santísimo. A menudo, estos aparecen en Lugar de la Ascensión, “el seno del Padre, el Hijo y el Espíritu” donde fraternizan con sus hermanos procedentes de los modestos mundos del espacio.
13:2.5 (148.4) Podríais suponer que los hijos creadores, teniendo su origen en el Padre y el Hijo, vieran Lugar de Vicerregencia como su residencia habitual, pero tal no es el caso en esta era del universo característica de la acción del Dios Séptuplo. Y hay muchos problemas similares que os sorprenderán, porque seguro que encontraréis muchas dificultades al intentar comprender estas cosas tan cercanas al Paraíso. Tampoco podréis dar respuesta alguna convincente mediante la razón a estas interrogantes. Es poco lo que sabéis. Y si conocierais más sobre los mundos del Padre, simplemente os encontraríais con una mayor dificultad hasta que lo supierais todo sobre ellos. El estatus en cualquiera de estos mundos secretos se adquiere tanto mediante el servicio como mediante el tipo de origen, y las consecutivas eras del universo pueden redistribuir, como de hecho lo hacen, algunas de estas agrupaciones de seres personales.
13:2.6 (148.5) Los mundos de la vía circulatoria interior son realmente mundos de fraternidad o de estatus más que verdaderas esferas de residencia. Los mortales alcanzarán algún estatus en cada uno de los mundos del Padre, salvo en uno. Por ejemplo: cuando llegáis a Havona, se os concede permiso para visitar Lugar de la Ascensión, donde se os acoge cálidamente, pero no se os permite visitar los otros seis mundos sagrados. Con posterioridad a vuestro paso por el régimen del Paraíso y tras vuestra admisión en el colectivo final, se os concede permiso para ir a Lugar del Hijo puesto que sois hijos de Dios a la vez que seres ascendentes, e incluso sois algo más. Pero siempre quedará una séptima parte de Lugar del Hijo, el sector que guarda los secretos sobre la encarnación de los Hijos divinos, que no estará abierto a vuestra observación. Jamás se revelarán esos secretos a los hijos ascendentes de Dios.
13:2.7 (148.6) Acabaréis por tener completo acceso a Lugar de la Ascensión y acceso relativo a las otras esferas del Padre excepto a Lugar de la Divinidad. Pero incluso cuando se os conceda permiso para llegar a las otras cinco esferas secretas, cuando os hayáis convertido en finalizadores, no se os permitirá visitar todos los sectores de esos mundos. Tampoco se os permitirá arribar a las orillas de Lugar de la Divinidad, el “seno del Padre”, aunque con seguridad estaréis repetidas veces “a la diestra del Padre”. Nunca durante toda la eternidad se necesitará vuestra presencia en el mundo de los modeladores del pensamiento.
13:2.8 (149.1) Estos mundos de encuentro de la vida espiritual son terreno prohibido hasta el extremo de que se nos pide que no consultemos el acceso a aquellas facetas de estas esferas que están completamente fuera del ámbito de nuestra experiencia. Vosotros podéis llegar a ser criaturas perfectas tal como el Padre Universal es perfecto en cuanto deidad, pero no podéis conocer todos los secretos experienciales de todos los demás órdenes de seres personales del universo. Cuando el Creador tiene un secreto personal respecto a las experiencias personales de sus criaturas, el Creador guarda el secreto en eterna confidencia.
13:2.9 (149.2) Se supone que el colectivo conjunto de los seres secretos trinitizados de supremacía conocen todos estos secretos. A estos seres se les conoce del todo solo en sus grupos de mundos especiales; seres de otros órdenes los comprenden poco. Una vez que alcancéis el Paraíso, conoceréis y amaréis con fervor a los diez seres secretos de supremacía que dirigen Lugar de la Ascensión. Con excepción de Lugar de la Divinidad, también podréis comprender de forma parcial a los seres secretos de supremacía de los otros mundos del Padre, aunque no tan perfectamente como en Lugar de la Ascensión.
13:2.10 (149.3) Los seres secretos trinitizados de supremacía, como su nombre mismo sugiere, se relacionan con el Supremo; asimismo se relacionan con el Último y con el futuro Supremo‑Último. Estos seres conforman los secretos del Supremo y también los secretos del Último, e incluso los secretos del Supremo‑Último.
3. LOS MUNDOS SAGRADOS DEL HIJO ETERNO
13:3.1 (149.4) Las siete esferas luminosas del Hijo Eterno son los mundos de las siete fases de la existencia del espíritu puro. Estos orbes resplandecientes son la fuente de la triple luz del Paraíso y de Havona. Su influencia está limitada, en gran parte, aunque no del todo, al universo central.
13:3.2 (149.5) El ser personal no está presente en estos satélites del Paraíso; así pues, poco de lo relacionado con estas moradas de espíritus puros puede exponerse al ser personal mortal y material. Se nos enseña que estos mundos están repletos de una vida diferente a la personal propia de los seres del Hijo Eterno. Deducimos que se están congregando estas entidades para servir en los nuevos universos del espacio exterior en proyecto. Los filósofos del Paraíso sostienen que en cada ciclo del Paraíso, de unos dos mil millones de años de tiempo de Urantia, se evidencia la creación de una nueva provisión de estos órdenes en los mundos secretos del Hijo Eterno.
13:3.3 (149.6) Por lo que yo sé, ningún ser personal ha estado jamás en ninguna de estas esferas del Hijo Eterno. En toda mi larga experiencia dentro y fuera del Paraíso, jamás se me ha asignado la visita a ninguno de estos mundos. Ni siquiera los seres personales cocreados por el Hijo Eterno acuden a dichos mundos. Se desprende de esto que se admiten a estos mundos espirituales a todas las clases de espíritus impersonales, con independencia de su origen. Como yo soy una persona y tengo forma espiritual, cualquiera de estos mundos indudablemente me parecería vacío y desierto aunque se me permitiese visitarlo. Los elevados seres personales espirituales no son dados a sentirse atraídos por una curiosidad sin un fin determinado o puramente por una aventura sin sentido. Hay, en todo momento, demasiadas aventuras fascinantes y con propósito como para permitir dejarse llevar por el interés en proyectos que son inútiles o irreales.
4. LOS MUNDOS DEL ESPÍRITU INFINITO
13:4.1 (149.7) Entre la vía planetaria interior de Havona y las brillantes esferas del Hijo Eterno circundan los siete orbes del Espíritu Infinito, mundos habitados por los vástagos del Espíritu Infinito, por los hijos trinitizados de seres personales creados y glorificados y por otros tipos de seres no revelados que se ocupan eficazmente de la dirección de muchos proyectos en los diferentes ámbitos de actividad del universo.
13:4.2 (150.1) Los siete espíritus mayores son los representantes supremos y últimos del Espíritu Infinito. Ellos mantienen sus estaciones personales, sus focos de fuerza, en la periferia del Paraíso, pero todas las operaciones relacionadas con su gestión y dirección del gran universo se dirigen desde estas siete esferas rectoras especiales del Espíritu Infinito. Los siete espíritus mayores constituyen, en realidad, un eje equilibrador de la mente‑espíritu del universo de los universos, una fuerza central que todo lo abarca, todo lo incluye y todo lo coordina.
13:4.3 (150.2) Desde estas siete esferas especiales, los espíritus mayores actúan para equilibrar y estabilizar las vías del gran universo por donde circula la mente cósmica. También guardan relación con las actitudes espirituales diferentes y con la presencia de las Deidades en todo el gran universo. Las reacciones físicas son uniformes, invariables y siempre instantáneas y automáticas. Pero la presencia experiencial y espiritual está de acuerdo con las condiciones implícitas o los estados de receptividad espiritual consustancial a cada una de las mentes de las criaturas de los mundos.
13:4.4 (150.3) La autoridad, la presencia y la acción física son invariables en todos los universos, por pequeños o grandes que sean. El factor diferenciador en la presencia espiritual, o reacción, constituye el diferencial de oscilación en su reconocimiento y recepción por parte de las criaturas volitivas. Aunque la presencia espiritual de la Deidad absoluta y existencial no se determina en modo alguno en virtud de las actitudes de lealtad o deslealtad por parte de los seres creados, es cierto, al mismo tiempo, que la presencia efectiva de la Deidad subabsoluta y experiencial está directa y claramente determinada por las decisiones, elecciones y actitudes de estas criaturas finitas en el ejercicio de su voluntad —por la lealtad y devoción de los seres, planetas, sistemas, constelaciones o universos individuales—. Pero esta presencia espiritual de la divinidad no es caprichosa ni arbitraria. Su variante experiencial es consustancial a la dotación de libre voluntad de las criaturas personales.
13:4.5 (150.4) El factor determinante del diferencial de la presencia espiritual existe en vuestro corazón y mente, y se basa en la manera en la que elegís, en las decisiones de vuestra mente y en la determinación de vuestra voluntad. Este diferencial es consustancial a las reacciones de la libre voluntad de los seres personales inteligentes, seres para quienes el Padre Universal ha decretado que ejerzan esta libertad de elección. Las Deidades son siempre fieles al fluir y refluir de sus espíritus en la satisfacción y cumplimiento de las condiciones y exigencias de este diferencial de elección de la criatura, ya sea otorgando más de su presencia en respuesta a un sincero deseo de la criatura, ya sea retirándose de la escena cuando las criaturas deciden de forma desfavorable en el ejercicio de esta libertad de elección concedida de forma divina. Y, de este modo, el espíritu divino obedece con humildad la decisión de las criaturas de los mundos.
13:4.6 (150.5) Las moradas rectoras de los siete espíritus mayores son, en realidad, las sedes paradisíacas de los siete suprauniversos y de sus correspondientes segmentos en el espacio exterior. Cada espíritu mayor preside un suprauniverso, y cada uno de estos siete mundos se asigna exclusivamente a uno de los espíritus mayores. No existe literalmente ninguna faceta de la administración de los siete suprauniversos desde la zona baja del Paraíso que no esté contemplada en estos mundos rectores. Estos no son tan exclusivos como las esferas del Padre o del Hijo, y aunque la condición de residente esté limitada a los seres nativos y a los que allí realizan alguna labor, estos siete planetas de gobierno están siempre abiertos a todos los seres que deseen visitarlos, y que puedan disponer de los necesarios medios de transporte.
13:4.7 (151.1) Para mí, estos mundos rectores son los lugares más interesantes y fascinantes que hay fuera del Paraíso. En ningún otro lugar del inmenso universo puede uno observar una actividad tan variada, en la que participan tantos órdenes diferentes de seres vivos, que guardan relación con actuaciones en tantos niveles distintos, con tareas que son a la vez materiales, intelectuales y espirituales. Cuando se me concede un período de licencia de mis cometidos, si por casualidad me encuentro en el Paraíso o en Havona, por lo general acudo a uno de estos atareados mundos de los siete espíritus mayores, para dejar que mi mente se inspire ante la contemplación de tanta ocupación, devoción, lealtad, sabiduría y eficacia. En ninguna otra parte he podido observar una interrelación tan sorprendente de seres personales en el desempeño de sus tareas como en los siete niveles de la realidad del universo. Y siempre me estimula observar la actividad de los que tan bien saben realizar su labor y tan plenamente la disfrutan haciéndola.
13:4.8 (151.2) [Exposición de un perfeccionador de la sabiduría, a quien los ancianos de días de Uversa han encomendado esta labor.]