Los escritos de Urantia en línea
Los escritos de Urantia
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PARTE I: EL UNIVERSO CENTRAL Y LOS SUPRAUNIVERSOS
000 Prólogo
001 El Padre Universal
002 La naturaleza de Dios
003 Los atributos de Dios
004 La relación de Dios con el universo
005 La relación individual de Dios con los mortales
006 El Hijo Eterno
007 La relación del Hijo Eterno con el universo
008 El Espíritu Infinito
009 La relación del Espíritu Infinito con el universo
010 La Trinidad del Paraíso
011 La Isla eterna del Paraíso
012 El universo de los universos
013 Las esferas sagradas del Paraíso
014 El universo central y divino
015 Los siete suprauniversos
016 Los siete espíritus mayores
017 Los siete grupos de espíritus supremos
018 Los seres personales supremos de la Trinidad
019 Seres correlacionados de origen en la Trinidad
020 Los hijos de Dios del Paraíso
021 Los hijos creadores del Paraíso
022 Los hijos de Dios trinitizados
023 Los mensajeros solitarios
024 Los seres personales superiores del Espíritu Infinito
025 Las multitudes de mensajeros del espacio
026 Los espíritus servidores del universo central
027 El ministerio de los supernafines primarios
028 Los espíritus servidores de los suprauniversos
029 Los directores de la potencia del universo
030 Los seres personales del gran universo
031 El colectivo final
PARTE II: EL UNIVERSO LOCAL
032 Evolución de los universos locales
033 La administración del universo local
034 El espíritu materno del universo local
035 Los hijos de Dios de los universos locales
036 Los portadores de vida
037 Los seres personales del universo local
038 Los espíritus servidores del universo local
039 Las multitudes seráficas
040 Los hijos ascendentes de Dios
041 Aspectos físicos del universo local
042 Energía, mente y materia
043 Las constelaciones
044 Los artesanos celestiales
045 La administración del sistema local
046 La sede del sistema local
047 Los siete mundos de las moradas
048 La vida morontial
049 Los mundos habitados
050 Los príncipes planetarios
051 Los adanes planetarios
052 Épocas planetarias de los mortales
053 La rebelión de Lucifer
054 Los problemas de la rebelión de Lucifer
055 Las esferas de luz y vida
056 La unidad universal
PARTE III: LA HISTORIA DE URANTIA
057 El origen de Urantia
058 Establecimiento de la vida en Urantia
059 La era de la vida marina en Urantia
060 Urantia durante la era de la vida terrestre primitiva
061 La era de los mamíferos en Urantia
062 Las razas precursoras del hombre primitivo
063 La primera familia humana
064 Las razas evolutivas de color
065 La acción directiva sobre la evolución
066 El príncipe planetario de Urantia
067 La rebelión planetaria
068 Los albores de la civilización
069 Instituciones humanas primitivas
070 Evolución del gobierno humano
071 El desarrollo del estado
072 El gobierno de un planeta vecino
073 El Jardín de Edén
074 Adán y Eva
075 La transgresión de Adán y de Eva
076 El segundo jardín
077 Las criaturas intermedias
078 La raza violeta después de los días de Adán
079 La expansión andita en Oriente
080 La expansión andita en Occidente
081 Desarrollo de la civilización moderna
082 Evolución del matrimonio
083 La institución del matrimonio
084 Matrimonio y vida familiar
085 Orígenes de la adoración
086 Evolución temprana de la religión
087 El culto a los espectros
088 Fetiches, amuletos y magia
089 Pecado, sacrificio y expiación
090 Chamanismo: Curanderos y sacerdotes
091 Evolución de la oración
092 Evolución posterior de la religión
093 Maquiventa Melquisedec
094 Las enseñanzas de Melquisedec en Oriente
095 Las enseñanzas de Melquisedec en el Levante
096 Yahvé, el Dios de los hebreos
097 Evolución del concepto de Dios entre los hebreos
098 Las enseñanzas de Melquisedec en Occidente
099 Los problemas sociales de la religión
100 La religión en la experiencia humana
101 Naturaleza real de la religión
102 Fundamentos de la fe religiosa
103 La realidad de la experiencia religiosa
104 Expansión del concepto de la Trinidad
105 Deidad y realidad
106 Los niveles de la realidad del universo
107 Origen y naturaleza de los modeladores del pensamiento
108 Misión y ministerio de los modeladores del pensamiento
109 Relación de los modeladores con las criaturas del universo
110 Relación de los modeladores con el ser humano
111 El modelador y el alma
112 La supervivencia del ser personal
113 Los guardianes seráficos del destino
114 El gobierno planetario seráfico
115 El Ser Supremo
116 El Todopoderoso Supremo
117 El Dios Supremo
118 El Supremo y el Último —el tiempo y el espacio—
119 Los ministerios de gracia de Cristo Miguel
PARTE IV: VIDA Y ENSEÑANZAS DE JESÚS
120 El ministerio de gracia de Miguel en Urantia
121 La época del ministerio de gracia de Miguel
122 Nacimiento e infancia de Jesús
123 Niñez temprana de Jesús
124 Niñez tardía de Jesús
125 Jesús en Jerusalén
126 Los dos años cruciales
127 Sus años adolescentes
128 Edad adulta temprana de Jesús
129 Vida adulta posterior de Jesús
130 De camino a Roma
131 Las religiones del mundo
132 Estancia en Roma
133 Regreso de Roma
134 Los años de transición
135 Juan el Bautista
136 El bautismo y los cuarenta días
137 Tiempo de espera en Galilea
138 Formación de los mensajeros del reino
139 Los doce apóstoles
140 La ordenación de los doce
141 Inicio de la labor pública
142 En la Pascua de Jerusalén
143 A través de Samaria
144 En Gilboa y en la Decápolis
145 Cuatro días memorables en Cafarnaúm
146 El primer viaje de predicación por Galilea
147 Un paréntesis en su labor para visitar Jerusalén
148 Formación de los evangelistas en Betsaida
149 El segundo viaje de predicación
150 El tercer viaje de predicación
151 Estancia y enseñanzas junto al mar
152 Los sucesos que desembocaron en la crisis de Cafarnaúm
153 La crisis de Cafarnaúm
154 Últimos días en Cafarnaúm
155 Huida por el norte de Galilea
156 Estancia en Tiro y Sidón
157 En Cesarea de Filipo
158 El monte de la transfiguración
159 Viaje por la Decápolis
160 Rodán de Alejandría
161 Otras conversaciones con Rodán
162 En la fiesta de los Tabernáculos
163 La ordenación de los setenta en Magadán
164 En la fiesta de la Dedicación
165 Comienza la misión de Perea
166 Última visita al norte de Perea
167 Visita a Filadelfia
168 La resurrección de Lázaro
169 Últimas enseñanzas en Pella
170 El reino de los cielos
171 De camino a Jerusalén
172 Entrada en Jerusalén
173 Lunes en Jerusalén
174 Martes por la mañana en el templo
175 El último discurso en el templo
176 En el monte de los Olivos, a última hora de la tarde del martes
177 Miércoles, día de descanso
178 Último día en el campamento
179 La última cena
180 El discurso de despedida
181 Consejos y advertencias finales
182 En Getsemaní
183 Traición y arresto de Jesús
184 Ante el tribunal del sanedrín
185 El juicio ante Pilato
186 Justo antes de la crucifixión
187 La crucifixión
188 El tiempo en la tumba
189 La resurrección
190 Las apariciones morontiales de Jesús
191 Apariciones a los apóstoles y a otros líderes
192 Apariciones en Galilea
193 Últimas apariciones y ascensión
194 La dádiva del espíritu de la verdad
195 Tras Pentecostés
196 La fe de Jesús
Escrito 31
El colectivo final
31:0.1 (345.1) El colectivo de los finalizadores mortales constituye, en este momento, el destino conocido de los mortales ascendentes del tiempo que se fusionan con su modelador. No obstante, hay otros grupos que también se asignan a este colectivo. El colectivo principal de finalizadores lo componen pues:
31:0.2 (345.2) 1. Los nativos de Havona.
31:0.3 (345.3) 2. Los mensajeros de la gravedad.
31:0.4 (345.4) 3. Los mortales glorificados.
31:0.5 (345.5) 4. Los serafines adoptados.
31:0.6 (345.6) 5. Los hijos materiales glorificados.
31:0.7 (345.7) 6. Las criaturas intermedias glorificadas.
31:0.8 (345.8) Estos seis grupos de seres glorificados integran este singular colectivo que comparte un común destino eterno. Creemos conocer su labor futura, pero no estamos del todo seguros. Aunque el colectivo final de los mortales se esté movilizando en el Paraíso y en el presente ayuden tan extensamente a los universos del espacio y administren los mundos asentados en luz y vida, su destino futuro ha de estar en los universos del espacio exterior, que están organizándose en la actualidad. Al menos esto es lo que se supone en Uversa.
31:0.9 (345.9) El colectivo se organiza conforme a agrupaciones operativas de los mundos del espacio y según la experiencia asociativa adquirida a lo largo de la larga y memorable andadura del ascendente. Todas las criaturas ascendentes que se admiten en este colectivo ingresan en paridad, pero esta apreciada igualdad de ninguna manera anula su individualidad ni acaba con su identidad personal. Al comunicarnos con un finalizador, podemos distinguir de inmediato si se trata de un mortal ascendente, de un nativo de Havona, de un serafín adoptado, de una criatura intermedia o de un hijo material.
31:0.10 (345.10) Durante la presente era del universo, los finalizadores regresan para prestar su servicio en los universos del tiempo. Se les asignan sucesivamente tareas en los distintos suprauniversos, aunque nunca en el suyo nativo hasta que no hayan servido en las otras seis supracreaciones. De esa manera pueden adquirir el concepto séptuplo del Ser Supremo.
31:0.11 (345.11) En Urantia, hay constantemente en servicio una o más dotaciones de finalizadores mortales. No existe ninguna área dentro del servicio que se realiza en el universo a la que no se les asigne; actúan en el universo alternando periodos equivalentes de cometidos y de dispensa de servicio.
31:0.12 (345.12) No tenemos idea alguna sobre la forma en la que este extraordinario grupo se organizará en el futuro, pero los finalizadores constituyen, en este momento, un colectivo con total autonomía. Eligen a sus propios responsables y directores permanentes, periódicos y de nombramientos. No se puede ejercer ninguna influencia externa sobre sus políticas y únicamente prestan su juramento de lealtad ante la Trinidad del Paraíso.
31:0.13 (346.1) Los finalizadores mantienen sus propias sedes en el Paraíso, en los suprauniversos, en los universos locales y en todas las capitales de sus divisiones administrativas. Forman un orden separado dentro de la creación evolutiva. No están a nuestro cargo ni los dirigimos de forma directa y, sin embargo, son absolutamente leales y siempre cooperan con todos nuestros planes. Son, de hecho, un número creciente de almas probadas y genuinas del tiempo y del espacio —la sal evolutiva del universo— por siempre a prueba del mal y firmes ante el pecado.
1. LOS NATIVOS DE HAVONA
31:1.1 (346.2) Muchos de los nativos de Havona que sirven como maestros en las escuelas de formación de los peregrinos del universo central desarrollan un gran apego hacia los mortales ascendentes y una fascinación todavía mayor por la labor y el destino futuro del colectivo de los finalizadores mortales. En el Paraíso, se conserva, en la sede administrativa del colectivo, un registro de los voluntarios de Havona presidido por el adjunto de Granfanda. Hoy encontraríais millones y millones de nativos de Havona en esta lista de espera. Estos seres perfectos creados de forma directa y divina suponen una gran ayuda para el colectivo final de los mortales y, sin duda, supondrán incluso un mayor servicio en el futuro remoto. Los nativos de Havona aportan el punto de vista de quien ha nacido en perfección y repleción divina. Así pues, los finalizadores abarcan las dos facetas de la existencia experiencial: la perfecta y la perfeccionada.
31:1.2 (346.3) Los nativos de Havona han de alcanzar un cierto desarrollo de tipo experiencial en conjunción con los seres evolutivos; esto les hará receptivos para la donación de una fracción del espíritu del Padre Universal. El colectivo de los finalizadores mortales cuenta entre sus miembros permanentes tan solo a aquellos seres que se han fusionado con el espíritu de la Primera Fuente y Centro o que, como los mensajeros de gravedad, poseen de forma innata este espíritu de Dios Padre.
31:1.3 (346.4) Los habitantes del universo central ingresan en este colectivo en una proporción de uno a mil —equivalente a una dotación de finalizadores—. Para su servicio temporal, el colectivo se organiza en dotaciones de mil. Su número es 997 por un nativo de Havona y un mensajero de gravedad. Los finalizadores se movilizan, pues, en dotaciones; si bien, el juramento final se presta de forma individual. Es un juramento con consecuencias de gran alcance y de relevancia eterna. El nativo de Havona toma siempre el mismo juramento y queda adscrito por siempre al colectivo.
31:1.4 (346.5) Los nuevos miembros nativos de Havona siguen a la dotación que se les ha asignado; van dondequiera que el grupo vaya. Y deberíais ver el entusiasmo que demuestran en su nueva labor como finalizadores. La posibilidad de alcanzar el colectivo final es una de las más grandiosas ilusiones de Havona. La posibilidad de llegar a ser un finalizador supone una de las aventuras supremas de estas razas perfectas.
31:1.5 (346.6) Los nativos de Havona también ingresan, en igual proporción, en el colectivo de finalizadores conjuntos trinitizados de Lugar de Vicerregencia y en el colectivo de finalizadores trascendentales del Paraíso. Junto con su posible admisión en el colectivo de finalizadores de Havona, para los ciudadanos de Havona estos tres destinos representan la suprema aspiración de sus andaduras celestiales.
2. LOS MENSAJEROS DE LA GRAVEDAD
31:2.1 (346.7) Dondequiera y cuando quiera que los mensajeros de la gravedad actúen, los finalizadores están al mando. Todos los mensajeros de la gravedad son de la competencia exclusiva de Granfanda y están asignados únicamente al principal colectivo final. Resultan de un incalculable valor para los finalizadores, incluso en este momento, y serán muy beneficiosos en el futuro eterno. Ningún otro grupo de criaturas inteligentes posee tal colectivo de mensajeros personificados capaces de transcender el tiempo y el espacio. Existen tipos similares de mensajeros‑archivistas adscritos a otros colectivos de finalizadores que no adquieren el estado personal, aunque sí el absonito.
31:2.2 (347.1) Los mensajeros de la gravedad proceden de Lugar de la Divinidad y son modeladores transformados y personificados, pero nadie de nuestro grupo de Uversa podría abordar una explicación de su naturaleza. Sabemos que son, en grado sumo, seres personales, divinos, inteligentes y conmovedoramente comprensivos; sin embargo, no llegamos a entender su método de cruzar el espacio sin limitación del tiempo. Parecen estar capacitados para utilizar cualquiera o todas las energías, vías circulatorias e incluso la gravedad. Los finalizadores del colectivo de mortales no pueden desafiar ni el tiempo ni el espacio, pero tienen vinculados a ellos y bajo su mando a todos los seres personales espirituales, excepto a los infinitos, que sí lo hacen. Nos inclinamos a designar a los mensajeros de la gravedad como seres personales, pero en realidad son seres supraespirituales, seres personales sin límites ni restricciones. En comparación con los mensajeros solitarios, son de un orden de ser personal enteramente distinto.
31:2.3 (347.2) Los mensajeros de la gravedad se pueden adscribir, sin límite de cantidad, a una dotación de finalizadores; si bien, solamente un mensajero, el jefe de estos, puede incorporarse en el colectivo final de los mortales. Dicho jefe, no obstante, tiene asignado a él a un grupo permanente de 999 compañeros mensajeros y, si las circunstancias lo requieren, puede recurrir a las reservas de este orden y obtener un número ilimitado de ayudantes.
31:2.4 (347.3) Los mensajeros de la gravedad y los finalizadores mortales glorificados llegan a profesarse un conmovedor y profundo afecto. Tienen mucho en común: los primeros se han hecho personales de forma directa a partir de una fracción del Padre Universal; los segundos son seres personales creaturales existentes en el alma inmortal que sobrevive fusionada con una fracción del mismo Padre Universal, esto es, con el espíritu modelador del pensamiento.
3. LOS MORTALES GLORIFICADOS
31:3.1 (347.4) Los mortales ascendentes fusionados con el modelador integran la mayor parte del principal colectivo final. Por lo general, junto con los serafines adoptados y glorificados, hay 990 mortales ascendentes por cada dotación de finalizadores. La proporción de mortales y ángeles varía en cada grupo, aunque el número de mortales excede en mucho al de los serafines. Los nativos de Havona, los hijos materiales glorificados, las criaturas intermedias glorificadas, los mensajeros de la gravedad y el miembro desconocido y ausente constituyen únicamente el uno por ciento del colectivo. Cada dotación de mil finalizadores alberga solamente a diez de estos seres personales no mortales y no seráficos.
31:3.2 (347.5) En Uversa no conocemos la “completud del destino” de los mortales ascendentes del tiempo. En el presente, residen en el Paraíso y prestan su servicio de forma temporal en el colectivo de luz y vida; si bien, una tan extraordinaria trayectoria de formación como ascendentes y un régimen tan prolongado de entrenamiento en el universo deben haberse ideado con el fin de capacitarlos para enfrentarse a pruebas de confianza incluso más grandes y desempeñar servicios de responsabilidad incluso más sublimes que los que llevan a cabo.
31:3.3 (347.6) A pesar de que estos ascendentes mortales han alcanzado el Paraíso, han ingresado en el colectivo final y se les ha enviado de vuelta, en gran número, para participar en la dirección de los universos locales y asistir en la administración de los asuntos del suprauniverso, ante este destino aparente, queda el hecho significativo de que hay constancia de ellos únicamente como espíritus de la sexta etapa. No hay duda de que resta un peldaño más en la andadura del colectivo final de los mortales, cuya naturaleza desconocemos. No obstante, somos conscientes, y llamamos aquí la atención, de tres hechos:
31:3.4 (348.1) 1. Nos consta que los mortales son espíritus del primer orden durante su estancia en los sectores menores, y de que avanzan al segundo orden cuando se les traslada a los sectores mayores y al tercer orden cuando progresan a los mundos de formación centrales del suprauniverso. Los mortales se convierten en espíritus graduados o de cuarto grado una vez alcanzado el sexto círculo de Havona y en espíritus del quinto orden cuando encuentran al Padre Universal. Con posterioridad, llegan hasta la sexta etapa de su existencia espiritual al prestar el juramento que los une por siempre a su destino eterno en el colectivo final de los mortales.
31:3.5 (348.2) Observamos que su grado o designación espiritual se ha determinado de acuerdo con el avance real experimentado desde un ámbito de servicio a otro ámbito de servicio en el mismo universo o desde un universo a otro, y suponemos que la concesión del grado de séptimo espíritu al colectivo final de los mortales será en simultaneidad con el progreso que realice hacia su eterno destino de servicio en esferas de las que hasta ahora no consta información alguna o que no se han revelado, y coincidente con su consecución del Dios Supremo. Pero dejando a un lado estas atrevidas suposiciones, en realidad no sabemos más de esto que vosotros. Nuestro conocimiento de la andadura de los mortales no va más allá de que están actualmente destinados en el Paraíso.
31:3.6 (348.3) 2. Los finalizadores mortales han cumplido enteramente con el mandato de los tiempos “Sed perfectos”; como mortales, han logrado ascender por la senda universal; han hallado a Dios y han sido debidamente admitidos en el colectivo final. Estos seres han progresado hasta llegar al límite actual de la perfección, pero no han logrado la completud y el culmen del estatus espiritual. Como criaturas, han conseguido llegar hasta el límite actual de la perfección, pero no han alcanzado la completud de servicio. Han vivenciado la plenitud de la adoración a la Deidad pero sin lograr completud en su consecución de la Deidad experiencial.
31:3.7 (348.4) 3. Los mortales glorificados del colectivo final del Paraíso son seres ascendentes que poseen el conocimiento experiencial de cada una de las etapas de la realidad y de la filosofía de la vida más completo posible de toda existencia inteligente. Al mismo tiempo, durante las eras de su ascensión desde los mundos materiales más humildes hasta las alturas espirituales del Paraíso, a estas criaturas supervivientes se les ha formado, hasta los límites de su capacidad, acerca de todos los detalles de los principios divinos respecto a la administración justa y eficiente, al igual que misericordiosa y paciente, de la creación universal del tiempo y del espacio.
31:3.8 (348.5) Estimamos que los seres humanos están facultados para compartir nuestras opiniones y consideramos que sois libres de hacer conjeturas con nosotros con respecto al misterio del último destino del colectivo final del Paraíso. Parece obvio que las tareas actuales de las perfeccionadas criaturas evolutivas tienen el carácter de cursos posgraduados sobre la comprensión del universo y la administración de los suprauniversos; y todos nos preguntamos: “¿Por qué se preocupan tanto los Dioses de formar tan minuciosamente a los supervivientes en la gestión del universo?”.
4. LOS SERAFINES ADOPTADOS
31:4.1 (348.6) A muchos de los fieles guardianes seráficos de los mortales se les permite recorrer la andadura ascendente con sus pupilos humanos y muchos de estos ángeles, tras fusionarse con el Padre, se suman a sus tutelados para prestar con ellos el juramento de la eternidad del finalizador, aceptando para siempre el destino de sus allegados mortales. Los ángeles que pasan por la misma experiencia de los seres mortales ascendentes pueden ser partícipes del destino de la naturaleza humana; pueden, de igual manera y para la eternidad, incorporarse a este colectivo final. Hay un gran número de serafines adoptados y glorificados adscritos a los distintos colectivos de finalizadores no mortales.
5. LOS HIJOS MATERIALES GLORIFICADOS
31:5.1 (349.1) En los universos del tiempo y del espacio se estipula que cuando el destino planetario de los ciudadanos adánicos de los sistemas locales se demora durante mucho tiempo, estos pueden elevar una petición para quedar eximidos de su estatus permanente de ciudadanos. Si se les otorga dicha petición, se unen a los peregrinos ascendentes en las capitales de los universos y desde allí prosiguen hacia el Paraíso y al colectivo final.
31:5.2 (349.2) Cuando un mundo evolutivo avanzado llega a las postreras eras del periodo de luz y vida, los hijos materiales, el adán y eva planetarios, pueden optar por hacerse humanos, recibir el modelador y emprender el camino evolutivo de ascenso en el universo hasta alcanzar el colectivo de los finalizadores mortales. Algunos de estos hijos materiales han fracasado parcialmente o, estrictamente hablando, han incumplido su misión como aceleradores biológicos, tal como le sucedió a Adán en Urantia, y luego se ven forzados a seguir el curso natural de los pueblos del planeta, recibir al modelador, pasar por la muerte y progresar, mediante la fe, a través del régimen de ascensión hasta finalmente acceder al Paraíso y al colectivo final.
31:5.3 (349.3) A estos hijos materiales no se les encuentra en muchas de las dotaciones de finalizadores. En las que están, su presencia otorga a dicho grupo un gran potencial en cuanto a sus posibilidades de un alto nivel de servicio e invariablemente se les elige para liderarlos. Por lo general, si se adscribe a ambos integrantes de la pareja edénica al mismo grupo, se les permite actuar de forma conjunta, como una sola persona. Estas parejas ascendentes tienen mucho más éxito en la aventura de la trinitización que los mortales ascendentes.
6. LOS SERES INTERMEDIOS GLORIFICADOS
31:6.1 (349.4) En muchos planetas se crea un elevado número de criaturas intermedias, si bien, dichas criaturas raras veces permanecen en sus mundos nativos tras haberse asentado estos en luz y vida. Entonces, o poco después, se les exime de su condición de ciudadanía permanente en estos y dan comienzo a su ascensión al Paraíso, pasando por los mundos morontiales, el suprauniverso y Havona en compañía de los mortales del tiempo y del espacio.
31:6.2 (349.5) Las criaturas intermedias de los distintos universos difieren, en su mayor parte, en cuanto a su origen y naturaleza, pero todas están destinadas a uno u otro de los colectivos finales del Paraíso. Con el tiempo, todos los seres intermedios secundarios se fusionan con el modelador y se incorporan al colectivo de mortales. Hay muchas dotaciones de finalizadores que cuentan con uno de estos seres glorificados en su grupo.
7. LOS EVANGELISTAS DE LUZ
31:7.1 (349.6) En este momento, en cada una de las dotaciones de finalizadores, hay 999 seres personales que han prestado juramento y que son miembros permanentes. El sitio vacante lo ocupa el jefe de los evangelistas de luz adscritos a estas y a cargo de alguna misión determinada. No obstante, estos seres tan solo son miembros transitorios del colectivo.
31:7.2 (349.7) A los seres personales celestiales asignados al servicio de cualquiera de los colectivos de finalizadores se les designa “evangelistas de luz”. Estos seres no prestan el juramento de los finalizadores y, aunque están sujetos a la estructura organizativa del colectivo, no están adscritos a él de modo permanente. Este grupo puede incluir a los mensajeros solitarios, a los supernafines, a los seconafines, a los ciudadanos del Paraíso o a su progenie trinitizada —a cualquier ser que se precise para llevar a cabo alguna labor de tipo transitorio relacionada con dicho colectivo—. No sabemos si los evangelistas de luz tienen como destino la misión eterna. Cuando concluyen su adscripción al servicio del colectivo, los evangelistas de luz reanudan su estatus previo.
31:7.3 (350.1) Tal como está actualmente constituido, el colectivo final de los mortales, hay solamente seis clases de miembros permanentes. Los finalizadores, tal como se podría esperar, entran en muchas especulaciones sobre la identidad de sus futuros compañeros, pero hay poco acuerdo entre ellos.
31:7.4 (350.2) A menudo en Uversa hacemos igualmente suposiciones sobre la identidad del séptimo grupo de finalizadores. Creemos que este podría ser el destino de algunos de los crecientes colectivos de numerosos grupos trinitizados del Paraíso, de Lugar de Vicerregencia y de la vía planetaria interior de Havona. Se piensa incluso que se le permitirá al colectivo final trinitizar a muchos de sus ayudantes para la tarea de administrar el universo, en el caso de que se les destine al servicio de los universos actualmente en formación.
31:7.5 (350.3) Hay alguien de nosotros que opina que ese sitio vacante en el colectivo lo ocupará algún tipo de ser originario del nuevo universo en el que este colectivo preste su servicio futuro. Hay también quien se inclina a creer que la vacante la ocupará algún tipo de ser personal del Paraíso aún no creado ni devenido ni trinitizado. Si bien, para saberlo realmente, es muy probable que tengamos que esperar a que los finalizadores inicien la séptima etapa de su desarrollo espiritual.
8. LOS SERES TRASCENDENTALES
31:8.1 (350.4) Parte de la experiencia como finalizador de un mortal perfeccionado en el Paraíso radica en su afán por comprender la naturaleza y la labor de más de mil grupos de supraciudadanos trascendentales del Paraíso, de seres devenidos con atributos absonitos. En su relación con estos supraseres personales, los finalizadores ascendentes se benefician considerablemente de la provechosa guía de numerosos órdenes de servidores trascendentales cuya tarea consiste en presentar a los finalizadores evolucionados sus nuevos hermanos del Paraíso. Todo el orden de seres trascendentales vive en el oeste del Paraíso, en una inmensa zona exclusivamente ocupada por ellos.
31:8.2 (350.5) Nuestro examen de los seres trascendentales se ve restringido no solo por las propias limitaciones de la comprensión humana, sino también por los términos del mandato por los que se rigen estas revelaciones concernientes a los seres personales del Paraíso. Estos seres no guardan relación en modo alguno con la ascensión de los mortales a Havona. La inmensa multitud de seres trascendentales del Paraíso no tiene nada que ver ni con los asuntos de Havona ni con los de los siete suprauniversos, sino únicamente con la supraadministración de los asuntos del universo matriz.
31:8.3 (350.6) Tú, siendo una criatura, puedes concebir la idea de un Creador, pero difícilmente puedes comprender que existe un enorme y heterogéneo conjunto de seres inteligentes que no son ni creadores ni criaturas. Estos seres trascendentales no crean a ningún ser como tampoco fueron ellos alguna vez creados. Al hablar de su origen, y con el fin de evitar el uso de un nuevo término —de alguna denominación arbitraria y falta de significado— consideramos que es mejor decir que los seres trascendentales sencillamente devienen. El Absoluto de la Deidad puede muy bien haber tenido que ver con su origen y puede estar involucrado en su destino, pero no tiene autoridad en este momento sobre estos singulares seres. Están sujetos al Dios Último, y la Trinidad supervisa y dirige, en todos los sentidos, su presente estancia en el Paraíso.
31:8.4 (351.1) Aunque todos los mortales que alcanzan el Paraíso fraternizan frecuentemente con los seres trascendentales, tal como hacen con los ciudadanos del Paraíso, sucede que el primer contacto importante del hombre con un ser trascendental ocurre en esa ocasión memorable en la que, como miembro de un nuevo grupo de finalizadores, el mortal ascendente se encuentra en el círculo de recepción de los finalizadores conforme el jefe de los seres trascendentales, que preside a los arquitectos del universo matriz, oficia el juramento eterno de la Trinidad.
9. LOS ARQUITECTOS DEL UNIVERSO MATRIZ
31:9.1 (351.2) Los arquitectos del universo matriz constituyen el órgano de gobierno de los seres trascendentales del Paraíso. El número de dicho colectivo asciende a 28 011 seres personales; poseen mentes magistrales, espíritus magníficos y excelsos atributos absonitos. El presidente de este magnífico grupo, el arquitecto mayor de mayor rango, es el responsable de la coordinación de todas las inteligencias del Paraíso por debajo del nivel de la Deidad.
31:9.2 (351.3) La decimosexta proscripción del mandato que autoriza estas narraciones dice: “Si se considera aconsejable, se puede desvelar la existencia de los arquitectos del universo matriz y de sus colaboradores, pero no se puede revelar por completo su origen, naturaleza y destino”. No obstante podemos informaros de que estos arquitectos mayores conforman siete grupos, que actúan en los siguientes niveles:
31:9.3 (351.4) 1. El nivel del Paraíso. Solamente el arquitecto de mayor rango o el primero devenido actúa en este nivel, el más elevado de lo absonito. Este ser personal de ultimidad —ni creador ni criatura— devino en los albores de la eternidad y en el presente desempeña su labor excelentemente como coordinador del Paraíso y de sus veintiún mundos, en los que se llevan a cabo tareas afines.
31:9.4 (351.5) 2. El nivel de Havona. En el segundo devenir de los arquitectos, se originaron tres planificadores mayores y administradores absonitos, y siempre se han dedicado a la coordinación de los mil millones de esferas perfectas del universo central. En el Paraíso se cree que estos tres arquitectos, con el asesoramiento del arquitecto de mayor rango, previamente devenido, contribuyeron a la planificación de Havona, pero realmente no lo sabemos.
31:9.5 (351.6) 3. El nivel del suprauniverso. En este tercer nivel absonito, se incluyen los siete arquitectos mayores de los siete suprauniversos, que al presente, como grupo, pasan un tiempo aproximadamente igual tanto en compañía de los siete espíritus mayores del Paraíso como con los siete mandatarios supremos de los siete mundos especiales del Espíritu Infinito. Son los supracoordinadores del gran universo.
31:9.6 (351.7) 4. El nivel espacial primario. El número de arquitectos de este grupo asciende a setenta, y suponemos que se ocupan de los planes últimos relacionados con el primer universo del espacio exterior, que en la actualidad se moviliza más allá de los límites de los siete suprauniversos actuales.
31:9.7 (351.8) 5. El nivel espacial secundario. El número de arquitectos de este quinto colectivo asciende a 490, y de nuevo suponemos que han de ocuparse del segundo universo del espacio exterior, en donde nuestros físicos han detectado movilizaciones concretas de la energía.
31:9.8 (352.1) 6. El nivel espacial terciario. El número de arquitectos mayores de este sexto grupo asciende a 3430, y deducimos igualmente que deben estar ocupados en sus colosales planificaciones del tercer universo del espacio exterior.
31:9.9 (352.2) 7. El nivel espacial cuaternario. Este colectivo, el último y más grande, cuenta con 24 010 arquitectos mayores y, si nuestras suposiciones anteriores son válidas, debe estar relacionado con el cuarto y último de los universos, cada vez más grandes en tamaño, del espacio exterior.
31:9.10 (352.3) Estos siete grupos de arquitectos mayores suman un total de 28 011 planificadores de universos. En el Paraíso existe la creencia de que en la remota eternidad se intentó el devenir del arquitecto mayor número 28 012, pero que este ser no logró absonitizarse porque el Absoluto Universal lo despojó de su ser personal. Es posible que con el arquitecto número 28 011 la secuencia ascendente de arquitectos mayores alcanzara su límite de absonitidad, y que la tentativa 28 012 se encontrara con el nivel matemático de la presencia del Absoluto. En otras palabras, en el nivel 28 012 del devenir de estos seres, la cualidad de la absonitidad era equivalente al nivel de lo Universal y alcanzó el valor del Absoluto.
31:9.11 (352.4) Dentro de la estructura organizativa del grupo, los tres arquitectos supervisores de Havona actúan como asistentes adjuntos del arquitecto solitario del Paraíso. Los siete arquitectos de los suprauniversos obran como coiguales de los tres supervisores de Havona. Los setenta planificadores de los universos del primer nivel de espacio exterior sirven en el presente como asistentes adjuntos de los siete arquitectos de los siete suprauniversos.
31:9.12 (352.5) Los arquitectos del universo matriz tienen a su disposición a numerosos grupos de asistentes y ayudantes, en los que se incluyen dos órdenes inmensos de organizadores de la fuerza: los devenidos primarios y los trascendentales adjuntos. Estos organizadores mayores de la fuerza no se deben confundir con los directores de la potencia, relacionados con el gran universo.
31:9.13 (352.6) Todos los seres que se originan mediante la unión de los hijos del tiempo y de la eternidad, tales como la progenie trinitizada por los finalizadores y por los ciudadanos del Paraíso, se convierten en pupilos de los arquitectos mayores. Pero, de todas las demás criaturas o entidades reveladas que desempeñan su labor en los universos actualmente organizados, solo los mensajeros solitarios y los espíritus inspirados de la Trinidad mantienen una relación orgánica con los seres trascendentales y con los arquitectos del universo matriz.
31:9.14 (352.7) Los arquitectos mayores aportan la aprobación oficial del destino de los hijos creadores a sus emplazamientos espaciales con el fin de organizar los universos locales. Existe una vinculación muy estrecha entre los arquitectos mayores y los hijos creadores del Paraíso y, aunque este vínculo no se ha revelado, se os ha informado de la relación existente entre los arquitectos y los creadores supremos del gran universo respecto a la primera Trinidad experiencial. Estos dos grupos, junto con el Ser Supremo evolutivo y experiencial, constituyen la Trinidad Última que conlleva valores trascendentales y contenidos del universo matriz.
10. LA ÚLTIMA AVENTURA
31:10.1 (352.8) El arquitecto de mayor rango tiene la supervisión de los siete colectivos finales. Estos son:
31:10.2 (352.9) 1. El colectivo de los finalizadores mortales.
31:10.3 (352.10) 2. El colectivo de los finalizadores del Paraíso.
31:10.4 (352.11) 3. El colectivo de los finalizadores trinitizados.
31:10.5 (353.1) 4. El colectivo de los finalizadores trinitizados conjuntos.
31:10.6 (353.2) 5. El colectivo de los finalizadores de Havona.
31:10.7 (353.3) 6. El colectivo de los finalizadores trascendentales.
31:10.8 (353.4) 7. El colectivo de los hijos no revelados de destino.
31:10.9 (353.5) Hay un responsable que preside cada uno de estos colectivos de destino, y los siete constituyen el Consejo Supremo de Destino del Paraíso; y durante la presente era del universo, Granfanda es el jefe de este órgano supremo que asigna en el universo a los hijos del último destino.
31:10.10 (353.6) La reunión de estos siete colectivos de finalizadores conlleva una movilización real de potenciales, de seres personales, de mentes, de espíritus, de absonitos y de manifestaciones experienciales que probablemente trasciendan incluso la labor futura del Ser Supremo en el universo matriz. Estos siete colectivos de finalizadores probablemente denotan la acción presente de la Trinidad Última implicada en la congregación de las fuerzas de lo finito y de lo absonito, con el fin de acometer desarrollos inconcebibles en los universos del espacio exterior. Nunca ha ocurrido una movilización igual desde los tiempos cercanos a la eternidad, cuando la Trinidad del Paraíso movilizó, de modo semejante, a los seres personales del Paraíso y de Havona entonces existentes y les encomendó la administración y gobernación de los siete suprauniversos del tiempo y del espacio, en aquel momento en proyecto. Los siete colectivos de finalizadores constituyen la respuesta divina del gran universo a las necesidades futuras de los potenciales no desarrollados de los universos exteriores en cuanto a su eterna actividad futura.
31:10.11 (353.7) Nos aventuramos a vaticinar la existencia de futuros y mayores universos exteriores de mundos habitados, de nuevas esferas pobladas con órdenes nuevos de seres magníficos y singulares, de un universo material sublime en su ultimidad, de una inmensa creación con la única carencia de algo importante: la presencia en la vida universal de una experiencia finita real de la vida ascendente. Dicho universo se originará con un enorme impedimento experiencial: la falta de participación en la evolución del Todopoderoso Supremo. Todos estos universos exteriores gozarán del ministerio incomparable y de la excelsa acción directiva del Ser Supremo; si bien, el hecho mismo de su presencia activa imposibilitará la participación de estos en la actualización de la Deidad Suprema.
31:10.12 (353.8) Durante la presente era del universo, los seres personales en evolución del gran universo se encuentran con muchas dificultades debido a la actualización inacabada de la soberanía del Dios Supremo, pero todos somos partícipes de la inigualable experiencia de su evolución. Evolucionamos en él y él evoluciona en nosotros. En algún momento del futuro eterno, la evolución de la Deidad Suprema será un hecho consumado de la historia del universo, y la oportunidad de participar en esta extraordinaria experiencia habrá superado su etapa de acción cósmica.
31:10.13 (353.9) Pero aquellos de nosotros que han experimentado esta inigualable experiencia durante la juventud del universo la atesorarán durante toda la eternidad futura. Y muchos de nosotros pensamos que tal vez sea misión de las crecientes reservas de los ascendentes mortales perfeccionados del colectivo final, en colaboración con los otros seis colectivos afines, administrar estos universos exteriores y compensar sus deficiencias experienciales por no haber participado en la evolución espacio-temporal del Ser Supremo.
31:10.14 (353.10) Estas deficiencias son inevitables en todos los niveles existenciales del universo. Durante la presente era del universo, nosotros, pertenecientes a los niveles superiores de la existencia espiritual, descendemos ahora para auxiliar a los universos evolutivos y asistir a los mortales ascendentes, en su empeño por enmendar sus deficiencias en las realidades de la experiencia espiritual de orden superior.
31:10.15 (354.1) No obstante, a pesar de que no tenemos conocimiento cierto de los planes de los arquitectos del universo matriz respecto de estas creaciones exteriores, sí estamos seguros de tres cosas:
31:10.16 (354.2) 1. En efecto, existe un inmenso y nuevo sistema de universos organizándose paulatinamente en los dominios del espacio exterior. A través de vuestros telescopios podéis de hecho ver nuevos órdenes de creaciones físicas, círculos enormes y gigantescos de universos tras universos pululantes mucho más allá de los límites presentes de las creaciones pobladas y organizadas. En el presente, estas creaciones exteriores son enteramente físicas y parecen estar deshabitadas y desprovistas de administración por parte de criatura alguna.
31:10.17 (354.3) 2. Durante eras y eras, continúa en el Paraíso la movilización inexplicada y totalmente misteriosa de los seres perfeccionados y ascendentes del tiempo y del espacio, en colaboración con los otros seis colectivos de finalizadores.
31:10.18 (354.4) 3. En simultaneidad con estos acontecimientos, la Persona Suprema de la Deidad se potencia como soberana todopoderosa de las supracreaciones.
31:10.19 (354.5) Al observar este desarrollo trino, que abarca criaturas, universos y Deidad, ¿se nos puede poner en cuestión por adelantar que algo nuevo y no revelado está llegando a su culminación en el universo matriz? ¿Acaso no es natural que relacionemos esta movilización y organización permanente de los universos físicos, a una escala desconocida hasta ahora, y la aparición gradual del ser personal del Ser Supremo con este esquema colosal de elevar a los mortales del tiempo hasta la perfección divina y a su posterior incorporación en el Paraíso en el colectivo final —un nombramiento y un destino envueltos en el misterio del universo—? Se cree cada vez más en toda Uversa que los crecientes colectivos finales están destinados a realizar alguna misión futura en los universos del espacio exterior, donde ya podemos identificar el agrupamiento de al menos setenta mil agregados de materia, cada cual mayor que cualquiera de los suprauniversos actuales.
31:10.20 (354.6) Los mortales evolutivos nacen en los planetas del espacio, pasan por los mundos morontiales, ascienden a los universos espirituales, recorren las esferas de Havona, hallan a Dios, logran el Paraíso y se incorporan en el principal colectivo final, para aguardar allí su próximo destino en servicio del universo. Hay otros seis colectivos finales congregándose, pero es Granfanda, el primer ascendente mortal, quien preside, como jefe del Paraíso, sobre todos los órdenes de finalizadores. Y, al presenciar este sublime espectáculo, todos exclamamos: ¡Qué glorioso destino para los hijos del tiempo de origen animal, para los hijos materiales del espacio!
31:10.21 (354.7) [Auspiciado conjuntamente por un consejero divino y un sin nombre ni número, con el beneplácito de los ancianos de días en Uversa.]
* * * * *
31:10.22 (354.8) Estos treinta y un escritos que describen la naturaleza de la Deidad, la realidad del Paraíso, la organización y funcionamiento de los suprauniversos y del universo central, los seres personales del gran universo y el excelso destino de los mortales evolutivos, se auspiciaron, redactaron y pusieron en el idioma inglés por una alta comisión de veinticuatro administradores de Orvontón, que actúa de acuerdo con un mandato emitido por los ancianos de días de Uversa en el que se determina que lleváramos esto a cabo en Urantia, planeta número 606 de Satania, en Norlatiadec de Nebadón, en el año 1934 d. C.