Los escritos de Urantia en línea
Los escritos de Urantia
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PARTE I: EL UNIVERSO CENTRAL Y LOS SUPRAUNIVERSOS
000 Prólogo
001 El Padre Universal
002 La naturaleza de Dios
003 Los atributos de Dios
004 La relación de Dios con el universo
005 La relación individual de Dios con los mortales
006 El Hijo Eterno
007 La relación del Hijo Eterno con el universo
008 El Espíritu Infinito
009 La relación del Espíritu Infinito con el universo
010 La Trinidad del Paraíso
011 La Isla eterna del Paraíso
012 El universo de los universos
013 Las esferas sagradas del Paraíso
014 El universo central y divino
015 Los siete suprauniversos
016 Los siete espíritus mayores
017 Los siete grupos de espíritus supremos
018 Los seres personales supremos de la Trinidad
019 Seres correlacionados de origen en la Trinidad
020 Los hijos de Dios del Paraíso
021 Los hijos creadores del Paraíso
022 Los hijos de Dios trinitizados
023 Los mensajeros solitarios
024 Los seres personales superiores del Espíritu Infinito
025 Las multitudes de mensajeros del espacio
026 Los espíritus servidores del universo central
027 El ministerio de los supernafines primarios
028 Los espíritus servidores de los suprauniversos
029 Los directores de la potencia del universo
030 Los seres personales del gran universo
031 El colectivo final
PARTE II: EL UNIVERSO LOCAL
032 Evolución de los universos locales
033 La administración del universo local
034 El espíritu materno del universo local
035 Los hijos de Dios de los universos locales
036 Los portadores de vida
037 Los seres personales del universo local
038 Los espíritus servidores del universo local
039 Las multitudes seráficas
040 Los hijos ascendentes de Dios
041 Aspectos físicos del universo local
042 Energía, mente y materia
043 Las constelaciones
044 Los artesanos celestiales
045 La administración del sistema local
046 La sede del sistema local
047 Los siete mundos de las moradas
048 La vida morontial
049 Los mundos habitados
050 Los príncipes planetarios
051 Los adanes planetarios
052 Épocas planetarias de los mortales
053 La rebelión de Lucifer
054 Los problemas de la rebelión de Lucifer
055 Las esferas de luz y vida
056 La unidad universal
PARTE III: LA HISTORIA DE URANTIA
057 El origen de Urantia
058 Establecimiento de la vida en Urantia
059 La era de la vida marina en Urantia
060 Urantia durante la era de la vida terrestre primitiva
061 La era de los mamíferos en Urantia
062 Las razas precursoras del hombre primitivo
063 La primera familia humana
064 Las razas evolutivas de color
065 La acción directiva sobre la evolución
066 El príncipe planetario de Urantia
067 La rebelión planetaria
068 Los albores de la civilización
069 Instituciones humanas primitivas
070 Evolución del gobierno humano
071 El desarrollo del estado
072 El gobierno de un planeta vecino
073 El Jardín de Edén
074 Adán y Eva
075 La transgresión de Adán y de Eva
076 El segundo jardín
077 Las criaturas intermedias
078 La raza violeta después de los días de Adán
079 La expansión andita en Oriente
080 La expansión andita en Occidente
081 Desarrollo de la civilización moderna
082 Evolución del matrimonio
083 La institución del matrimonio
084 Matrimonio y vida familiar
085 Orígenes de la adoración
086 Evolución temprana de la religión
087 El culto a los espectros
088 Fetiches, amuletos y magia
089 Pecado, sacrificio y expiación
090 Chamanismo: Curanderos y sacerdotes
091 Evolución de la oración
092 Evolución posterior de la religión
093 Maquiventa Melquisedec
094 Las enseñanzas de Melquisedec en Oriente
095 Las enseñanzas de Melquisedec en el Levante
096 Yahvé, el Dios de los hebreos
097 Evolución del concepto de Dios entre los hebreos
098 Las enseñanzas de Melquisedec en Occidente
099 Los problemas sociales de la religión
100 La religión en la experiencia humana
101 Naturaleza real de la religión
102 Fundamentos de la fe religiosa
103 La realidad de la experiencia religiosa
104 Expansión del concepto de la Trinidad
105 Deidad y realidad
106 Los niveles de la realidad del universo
107 Origen y naturaleza de los modeladores del pensamiento
108 Misión y ministerio de los modeladores del pensamiento
109 Relación de los modeladores con las criaturas del universo
110 Relación de los modeladores con el ser humano
111 El modelador y el alma
112 La supervivencia del ser personal
113 Los guardianes seráficos del destino
114 El gobierno planetario seráfico
115 El Ser Supremo
116 El Todopoderoso Supremo
117 El Dios Supremo
118 El Supremo y el Último —el tiempo y el espacio—
119 Los ministerios de gracia de Cristo Miguel
PARTE IV: VIDA Y ENSEÑANZAS DE JESÚS
120 El ministerio de gracia de Miguel en Urantia
121 La época del ministerio de gracia de Miguel
122 Nacimiento e infancia de Jesús
123 Niñez temprana de Jesús
124 Niñez tardía de Jesús
125 Jesús en Jerusalén
126 Los dos años cruciales
127 Sus años adolescentes
128 Edad adulta temprana de Jesús
129 Vida adulta posterior de Jesús
130 De camino a Roma
131 Las religiones del mundo
132 Estancia en Roma
133 Regreso de Roma
134 Los años de transición
135 Juan el Bautista
136 El bautismo y los cuarenta días
137 Tiempo de espera en Galilea
138 Formación de los mensajeros del reino
139 Los doce apóstoles
140 La ordenación de los doce
141 Inicio de la labor pública
142 En la Pascua de Jerusalén
143 A través de Samaria
144 En Gilboa y en la Decápolis
145 Cuatro días memorables en Cafarnaúm
146 El primer viaje de predicación por Galilea
147 Un paréntesis en su labor para visitar Jerusalén
148 Formación de los evangelistas en Betsaida
149 El segundo viaje de predicación
150 El tercer viaje de predicación
151 Estancia y enseñanzas junto al mar
152 Los sucesos que desembocaron en la crisis de Cafarnaúm
153 La crisis de Cafarnaúm
154 Últimos días en Cafarnaúm
155 Huida por el norte de Galilea
156 Estancia en Tiro y Sidón
157 En Cesarea de Filipo
158 El monte de la transfiguración
159 Viaje por la Decápolis
160 Rodán de Alejandría
161 Otras conversaciones con Rodán
162 En la fiesta de los Tabernáculos
163 La ordenación de los setenta en Magadán
164 En la fiesta de la Dedicación
165 Comienza la misión de Perea
166 Última visita al norte de Perea
167 Visita a Filadelfia
168 La resurrección de Lázaro
169 Últimas enseñanzas en Pella
170 El reino de los cielos
171 De camino a Jerusalén
172 Entrada en Jerusalén
173 Lunes en Jerusalén
174 Martes por la mañana en el templo
175 El último discurso en el templo
176 En el monte de los Olivos, a última hora de la tarde del martes
177 Miércoles, día de descanso
178 Último día en el campamento
179 La última cena
180 El discurso de despedida
181 Consejos y advertencias finales
182 En Getsemaní
183 Traición y arresto de Jesús
184 Ante el tribunal del sanedrín
185 El juicio ante Pilato
186 Justo antes de la crucifixión
187 La crucifixión
188 El tiempo en la tumba
189 La resurrección
190 Las apariciones morontiales de Jesús
191 Apariciones a los apóstoles y a otros líderes
192 Apariciones en Galilea
193 Últimas apariciones y ascensión
194 La dádiva del espíritu de la verdad
195 Tras Pentecostés
196 La fe de Jesús
Escrito 110
Relación de los modeladores con las criaturas del universo
110:0.1 (1203.1) Dotar de libertad a seres imperfectos entraña una inevitable tragedia, y es propio de la naturaleza perfecta de la Deidad ancestral participar de este sufrimiento, universal y afectivamente, con su amorosa compañía.
110:0.2 (1203.2) Según mi entendimiento de los asuntos del universo, considero el amor y la devoción del modelador del pensamiento como el afecto más verdaderamente divino de toda la creación. El amor de los Hijos en su ministerio a las razas es extraordinario, pero la devoción del modelador hacia su tutelado humano resulta conmovedoramente sublime, a la manera divina del Padre. Parece que el Padre del Paraíso se ha reservado esta forma de contacto personal con cada una de sus criaturas como prerrogativa exclusiva del Creador. Y no hay en todo el universo de los universos nada exactamente equiparable al magnífico ministerio de estas entidades impersonales que, de manera tan fascinante, moran en los hijos de los planetas evolutivos.
1. INHABITACIÓN EN LA MENTE MORTAL
110:1.1 (1203.3) No debe pensarse de los modeladores del pensamiento como si vivieran en el cerebro material de los seres humanos. No forman parte orgánica de las criaturas físicas de los mundos. Sería más adecuado concebirlos en su inhabitación en la mente mortal del hombre, antes de pensar que existen dentro de los confines de algún órgano físico. Y el modelador está en continua comunicación, de forma indirecta y desapercibida, con su tutelado humano, en especial durante esas sublimes vivencias en las que la mente se pone en contacto reverencial, en la supraconciencia, con el espíritu.
110:1.2 (1203.4) Ojalá me fuese posible ayudar a los mortales evolutivos a lograr una mayor comprensión y una más plena apreciación de la labor generosa y magnífica de los modeladores que moran en ellos, y que son tan fervorosamente fieles a la tarea de facilitar el bienestar espiritual del hombre. Estos mentores realizan con eficacia su ministerio en los estadios más elevados de la mente del hombre; actúan, de forma sensata y experimentada, sobre el potencial intelectual del intelecto humano. Estos asistentes celestiales se dedican a la formidable tarea de guiaros con seguridad hacia el interior y hacia lo alto en dirección al remanso celestial de la felicidad. Estos incansables obreros están consagrados a la personificación futura del triunfo de la verdad divina en vuestra vida eterna. Son los trabajadores vigilantes que pilotan la mente humana consciente de Dios, apartándola de los arrecifes del mal, mientras guían hábilmente al alma evolutiva del hombre hacia los puertos divinos de la perfección en orillas remotas y eternas. Los modeladores os lideran con amor, os guían de forma segura y cierta a través de los laberintos oscuros e inciertos de vuestra breve andadura terrenal; son maestros pacientes que constantemente instan a sus tutelados a avanzar por las sendas de la perfección progresiva. Son cuidadosos custodios de los valores sublimes del carácter de la criatura. Ojalá los amarais más, cooperarais con ellos más a fondo y los valorarais con un afecto más grande.
110:1.3 (1204.1) Aunque los moradores divinos se ocupan principalmente de prepararos espiritualmente para una próxima etapa en la que vuestra existencia no tendrá fin, también están profundamente interesados en vuestro bienestar temporal y en vuestros logros reales en la tierra. Les complace contribuir a vuestra salud, felicidad y verdadera prosperidad. No son indiferentes a vuestros éxitos en todas las cuestiones relativas a vuestro avance planetario, siempre que no resulten perjudiciales para vuestra vida futura de eterno progreso.
110:1.4 (1204.2) Los modeladores se interesan, y preocupan, por vuestros actos diarios y por numerosos detalles de vuestra vida, justo en la medida en la que puedan influir a la hora de determinar vuestras opciones temporales de carácter significativo y vuestras decisiones espirituales vitales y, sean, pues, factores que afecten a la solución de vuestro problema de la supervivencia de vuestra alma y de vuestro eterno progreso. El modelador, aunque pasivo en cuanto al bienestar puramente temporal, es divinamente activo en lo que respecta a todos los asuntos de vuestro futuro eterno.
110:1.5 (1204.3) El modelador permanece con vosotros en cualquier calamidad y enfermedad que no destruyan por completo vuestra capacidad mental. Pero, qué cruel es mancillar a sabiendas o contaminar, de algún otro modo, con deliberación el cuerpo físico, que ha de servir como tabernáculo terrenal de este don maravilloso de Dios. Todos los venenos físicos retrasan enormemente los intentos del modelador por exaltar la mente material, mientras que los venenos mentales del miedo, la ira, la envidia, los celos, el recelo y la intolerancia interfieren tremendamente, de igual manera, con el progreso espiritual del alma evolutiva.
110:1.6 (1204.4) Hoy en día estáis pasando por el período de cortejo por parte de vuestro modelador; y si tan solo demostrarais vuestra fidelidad a la confianza depositada en vosotros por el espíritu divino que busca la unión eterna con vuestra mente y vuestra alma, en algún momento surgirá esa unicidad morontial, esa armonía suprema, esa coordinación cósmica, esa armonización divina, esa fusión celestial, esa mezcla sin fin de identidad, esa unicidad de ser, que es tan perfecta y final que ni incluso los seres personales más experimentados podrán jamás disociar o reconocer, como identidades separadas, a estos dos compañeros fusionados: el hombre mortal y el modelador divino.
2. LOS MODELADORES Y LA VOLUNTAD HUMANA
110:2.1 (1204.5) Cuando los modeladores del pensamiento moran en las mentes humanas, traen consigo las andaduras modélicas, las vidas idóneas, que ellos mismos y los modeladores personificados de Lugar de la Divinidad determinaron y predispusieron, y se certificaron por el modelador personificado de Urantia. De este modo, comienzan su tarea con un plan definido y predeterminado para el desarrollo intelectual y espiritual de sus tutelados humanos, pero no compete a ningún ser humano aceptar este plan. Todos vosotros estáis predestinados, pero no está predispuesto que debáis aceptar esta predestinación divina; tenéis plena libertad para rechazar cualquier parte o todo el plan de actuación de los modeladores del pensamiento. Es su misión llevar a cabo esos cambios mentales y realizar aquellas modificaciones espirituales que autoricéis, voluntaria y sensatamente, con el fin de adquirir más influencia en cuanto a la orientación de vuestro ser personal; pero estos mentores divinos, bajo ninguna circunstancia, se aprovechan de vosotros ni influyen arbitrariamente en vuestras opciones y decisiones. Los modeladores respetan vuestra soberanía personal; están siempre supeditados a vuestra voluntad.
110:2.2 (1204.6) Son perseverantes, ingeniosos y perfectos en sus métodos de trabajo, pero nunca violentan el yo volitivo de sus receptores. Ningún mentor divino espiritualizará jamás a un ser humano contra su voluntad; la supervivencia es un don de los Dioses que las criaturas del tiempo deben desear. En última instancia, sea lo que sea lo que el modelador haya conseguido hacer por vosotros, quedará constancia de que la transformación se ha realizado con vuestro consentimiento y cooperación; habréis sido, con el modelador, un buen dispuesto compañero en la consecución, paso a paso, de la extraordinaria transformación acaecida en el camino de ascensión.
110:2.3 (1205.1) El modelador no intenta regir vuestro pensamiento, propiamente dicho, sino, más bien, espiritualizarlo con el fin de eternizarlo. Ni los ángeles ni los modeladores se dedican directamente a influir en el pensamiento humano; esa es prerrogativa exclusiva de vuestro ser personal. Los modeladores se dedican a mejorar, modificar, adaptar y coordinar vuestros procesos mentales; pero, muy especial y concretamente, están destinados a crear homólogos espirituales de vuestras andaduras, transcripciones morontiales de vuestros verdaderos yos en su camino de avance, con el propósito de que sobrevivan.
110:2.4 (1205.2) Los modeladores obran en los ámbitos de los niveles superiores de la mente humana, tratando incesantemente de crear duplicados morontiales de cualquier concepto que surja del intelecto mortal. Hay, por consiguiente, dos realidades que inciden, y se centran, en las vías circulatorias de la mente humana: una de ellas es el yo mortal que evoluciona a partir de los planes primigenios de los portadores de vida; la otra, una entidad inmortal procedente de las elevadas esferas de Lugar de la Divinidad, un don interior que viene de Dios. Pero el yo mortal es también un yo personal; es poseedor de un ser personal.
110:2.5 (1205.3) Como criatura personal, tienes mente y voluntad. El modelador, como criatura prepersonal, tiene premente y prevoluntad. Si te adecuas tan plenamente a la mente del modelador y concuerdas con él, entonces vuestras mentes se convierten en una sola, y recibes el fortalecimiento de la suya. Posteriormente, si tu voluntad ordena y hace cumplir las decisiones de esta nueva mente combinada, la voluntad prepersonal del modelador logrará expresión personal por medio de tu decisión, y en lo que se refiere a ese particular designio, serás uno con el modelador. Tu mente ha alcanzado sintonía con la divinidad, y la voluntad del modelador ha conseguido manifestarse de forma personal.
110:2.6 (1205.4) Conforme se lleve a cabo esta identidad, estáis mentalmente acercándoos al orden de existencia morontial. La mente morontial es un término que representa la sustancia y la suma total de mentes en cooperación, de naturalezas espirituales diversamente material y espiritual. El intelecto morontial connota, pues, una mente doble en el universo local regida por una voluntad. Y, con respecto a los mortales, se trata de una voluntad de origen humano, que se está volviendo divina mediante la identificación de la mente humana del hombre con el tipo de mente de Dios.
3. COOPERACIÓN CON EL MODELADOR
110:3.1 (1205.5) Los modeladores participan del sagrado y magnífico afán de todos los tiempos; se implican en una de las aventuras supremas del tiempo en el espacio. Y qué felices son cuando vuestra cooperación les permite prestaros asistencia en vuestros breves afanes del tiempo, conforme prosiguen con su más amplia labor respecto a la eternidad. Pero, por lo general, cuando vuestro modelador trata de comunicarse con vosotros, el mensaje se pierde en las corrientes materiales de los flujos de energía de la mente humana; solo, ocasionalmente, captáis un eco, un eco tenue y distante, de la voz divina.
110:3.2 (1205.6) El éxito de vuestro modelador, cuando emprende la tarea de pilotaros a través de la vida mortal y de propiciaros la supervivencia, no depende tanto de vuestras creencias particulares como de vuestras decisiones, determinaciones y fe inquebrantable. Toda esta dinámica de crecimiento de la persona se convierte en un poderoso influjo que contribuye a vuestro desarrollo, porque os ayuda a cooperar con el modelador; os asiste a dar fin a vuestra resistencia. Los modeladores del pensamiento triunfan o parecen fracasar en sus iniciativas terrenales justo en la medida en la que los mortales triunfan o fracasan en su cooperación con el plan por el que han de avanzar, siguiendo una senda ascendente que los llevará a conseguir la perfección. El secreto de la supervivencia está implícito en el supremo deseo humano de semejarse a Dios y en relación con la disposición de hacer y de ser todas y cada una de las cosas que son esenciales para la consecución final de ese irresistible deseo.
110:3.3 (1206.1) Cuando hablamos del éxito o del fracaso de un modelador, lo hacemos en términos de la supervivencia humana. Los modeladores jamás fracasan; son de esencia divina y siempre salen victoriosos de cada una de sus iniciativas.
110:3.4 (1206.2) No puedo dejar de observar que hay muchos de vosotros que empleáis tanto de vuestro tiempo y pensamientos en las meras nimiedades de la vida, mientras que pasáis por alto, casi por completo, las realidades más esenciales, perdurables y significativas, esos mismos logros relacionados con el desarrollo de un compromiso de cooperación más armonioso entre vosotros y vuestro modelador. La grandiosa meta de la existencia humana consiste en estar en sintonía con la divinidad del modelador interior; el gran logro de la vida mortal es alcanzar una consagración verdadera y con conocimiento de los objetivos eternos del espíritu divino que aguarda y obra en vuestra mente. Si bien, una labor dedicada y determinada a llevar a efecto el destino eterno es totalmente compatible con una vida jovial y alegre y con una trayectoria honrosa y de éxito en la tierra. La cooperación con el modelador del pensamiento no conlleva la tortura de uno mismo ni la piedad fingida ni la humillación, hipócrita y ostentosa de sí mismo; la vida ideal supone servicio amoroso, en lugar de una existencia de medrosa aprehensión.
110:3.5 (1206.3) El sentirse confusos, desconcertados, incluso algunas veces desalentados y atribulados, no entraña necesariamente que nos resistamos a la guía del modelador interior. En ocasiones, estas actitudes denotan una falta de cooperación activa con el mentor divino y pueden, por consiguiente, demorar de alguna manera el progreso espiritual; pero estas dificultades intelectuales y emocionales no interfieren en lo más mínimo con la supervivencia cierta del alma conocedora de Dios. Por sí sola, la ignorancia no puede impedir jamás la supervivencia; tampoco pueden hacerlo las dudas que llevan a la confusión ni la incertidumbre que nos hace temerosos. Solo la resistencia consciente a la guía del modelador puede evitar que el alma inmortal evolutiva sobreviva.
110:3.6 (1206.4) No debéis considerar vuestra cooperación con el modelador como un proceso particularmente consciente, porque no lo es; pero vuestros motivos y decisiones, vuestras determinaciones, tomadas con lealtad, y vuestros deseos supremos suponen ciertamente una forma real y eficaz de cooperar con él. Podéis incrementar conscientemente la armonía con el modelador si:
110:3.7 (1206.5) 1. Elegís dar respuesta a la guía divina; basáis sinceramente vuestra vida humana en la conciencia más elevada de la verdad, la belleza y la bondad y, entonces, coordináis estas cualidades divinas con la sabiduría, la adoración, la fe y el amor.
110:3.8 (1206.6) 2. Amáis a Dios y deseáis ser como él, reconocéis genuinamente la paternidad divina y adoráis con amor al Padre celestial.
110:3.9 (1206.7) 3. Amáis al hombre y deseáis servirle fervientemente; reconocéis sin reservas la hermandad de los hombres y ofrecéis vuestro afecto inteligente y sensato a cada uno de vuestros semejantes mortales.
110:3.10 (1206.8) 4. Aceptáis con gozo la ciudadanía cósmica; reconocéis vuestra gradual obligación hacia el Ser Supremo, tomáis conciencia de la interdependencia del hombre evolutivo y de la Deidad evolutiva. Así nace la moral cósmica y comienza la realización del deber universal.
4. LA LABOR DEL MODELADOR EN LA MENTE
110:4.1 (1207.1) Los modeladores son capaces de recibir el flujo continuo de la inteligencia cósmica proveniente de las vías circulatorias mayores del tiempo y del espacio; están en pleno contacto con la inteligencia y la energía espirituales de los universos. Pero estos poderosos moradores están imposibilitados de trasmitir mucha de esta riqueza de sabiduría y verdad a las mentes de sus tutelados mortales debido a la carencia de una naturaleza de carácter común y a la ausencia de un reconocimiento receptivo por parte de estos mortales.
110:4.2 (1207.2) El modelador del pensamiento mantiene un esfuerzo constante por espiritualizar vuestra mente y hacer desarrollar de este modo vuestra alma morontial; pero vosotros mismos sois mayormente inconscientes de este ministerio interior. Sois totalmente incapaces de distinguir el fruto de vuestro propio intelecto material del de la actividad conjunta de vuestra alma y el modelador.
110:4.3 (1207.3) Determinadas manifestaciones repentinas de pensamientos, conclusiones y de otras imágenes mentales ocurren en ocasiones como resultado de la labor directa o indirecta del modelador; pero, con mayor frecuencia, se trata de la aparición súbita, en la conciencia, de unas ideas que se han ido acumulando en niveles mentales sumergidos, de sucesos naturales y diarios producto de la actividad psíquica consustancial a las vías circulatorias de la mente animal evolutiva. (En contraste con estas emanaciones subconscientes, las revelaciones del modelador aparecen a través de los ámbitos de lo supraconsciente).
110:4.4 (1207.4) Confiad a la custodia de los modeladores todas las cuestiones mentales que estén más allá del auténtico nivel de la conciencia. En el momento propicio, si no en este mundo en los de las moradas, darán buena cuenta de su tutela y, al final, pondrán de manifiesto esos contenidos y valores confiados a su cuidado y mantenimiento. Si sobrevivís, harán resurgir cualquier tesoro valioso que haya existido en vuestra mente mortal.
110:4.5 (1207.5) Existe una inmensa brecha entre lo humano y lo divino, entre el hombre y Dios. Las razas urantianas están, en tan gran medida, regidas eléctrica y químicamente, son tan sumamente semejantes a los animales en su modo de comportarse, tan emotivas en sus reacciones ordinarias, que resulta extremadamente difícil a los mentores guiarlas y dirigirlas. Estáis tan carentes de decisiones valerosas y de un dedicado compromiso de cooperación, que a vuestro modelador interior le resulta casi imposible comunicarse directamente con la mente humana. Incluso cuando consiguen trasmitir un destello de la nueva verdad al alma mortal evolutiva, esta revelación espiritual ciega a menudo tanto a la criatura que desencadena en ella una crisis convulsiva de fanatismo o le provoca algún otro trastorno intelectual con resultados desastrosos. Muchas religiones nuevas y muchos extraños “ismos” han surgido a partir de comunicaciones interrumpidas, imperfectas, incomprendidas y distorsionadas de los modeladores del pensamiento.
110:4.6 (1207.6) Tal como consta en los archivos de Jerusem, durante muchos miles de años, en cada generación viven menos y menos seres que puedan actuar con seguridad con los modeladores autónomos. Se trata de una situación alarmante, y los seres personales que ostentan la supervisión de Satania ven con beneplácito la propuesta de algunos de vuestros más inmediatos supervisores planetarios que propugnan la toma de medidas destinadas a fomentar y conservar los tipos espirituales más elevados de las razas de Urantia.
5. CONCEPTOS EQUIVOCADOS SOBRE LA GUÍA DEL MODELADOR
110:5.1 (1207.7) No confundáis ni mezcléis erróneamente la misión y la influencia del modelador con lo que se conoce generalmente como conciencia; no están relacionadas de forma directa. La conciencia es una reacción humana, puramente psíquica. No debe menospreciarse, pero no es la voz de Dios en el alma, como de hecho sería la del modelador, si tal voz se pudiese oír. La conciencia, debidamente, os insta a hacer el bien; pero el modelador, además, trata de deciros qué es en verdad el bien; esto es, en el momento y en la medida en la que vosotros estéis en condiciones de percibir la guía del mentor.
110:5.2 (1208.1) Las experiencias oníricas del hombre, esa procesión desordenada y desconectada de la descoordinada mente dormida, son una prueba suficiente del fracaso de los modeladores para armonizar y correlacionar los diversos factores que intervienen en la mente. En una sola vida humana, los modeladores sencillamente no pueden coordinar y sincronizar a su propio arbitrio dos tipos tan disimilares y distintos de pensamiento como son el humano y el divino. Cuando lo hacen, tal como a veces ha sucedido, a estas almas se les traslada directamente a los mundos de las moradas sin necesidad de pasar por la experiencia de la muerte.
110:5.3 (1208.2) Durante el periodo de sueño, el modelador trata de lograr solamente aquello que la voluntad de la persona en la que mora ya había totalmente aprobado mediante decisiones y opciones realizadas durante los momentos en los que su conciencia estaba plenamente despierta, y que, por ello, han quedado alojadas en los ámbitos de la supramente, el área de contacto en la que lo humano y lo divino se relacionan entre sí.
110:5.4 (1208.3) Mientras sus anfitriones mortales duermen, los modeladores procuran hacer un registro de sus creaciones en los niveles superiores de la mente material, y algunos de vuestros sueños de carácter grotesco muestran que no han conseguido realizar un contacto satisfactorio. Las absurdidades de la vida onírica no solo evidencian la presión que ejercen las emociones no expresadas, sino que también demuestran la terrible distorsión de las representaciones de los conceptos espirituales que los modeladores ponen de manifiesto. Vuestras propias pasiones, impulsos y otras tendencias innatas se traducen en imágenes mentales y sustituyen sus deseos no expresados por los mensajes divinos, que los moradores interiores se afanan por añadir a los registros psíquicos durante el sueño inconsciente.
110:5.5 (1208.4) Es sumamente peligroso especular sobre supuestos contenidos de la vida onírica como si provinieran del modelador. Los modeladores ciertamente actúan durante el sueño, pero habitualmente vuestras experiencias oníricas son fenómenos puramente fisiológicos y psicológicos. De manera similar, es arriesgado tratar de diferenciar entre el registro de conceptos del modelador y la recepción, más o menos constante y consciente, de los dictados de la conciencia humana. Estos son problemas que tendrán que resolverse sabiendo discriminarlos de forma individual y tomando decisiones personales. Pero el ser humano haría mejor en errar en su rechazo a las manifestaciones del modelador, creyéndolas vivencias puramente humanas, que cometer la equivocación de dignificar como algo divino una reacción de la mente mortal. Recordad que la influencia del modelador del pensamiento es en gran parte, aunque no del todo, una vivencia supraconsciente.
110:5.6 (1208.5) Vosotros os comunicáis con vuestro modelador en distinta medida, y cada vez más, mientras ascendéis los círculos psíquicos, a veces directamente, pero con mayor frecuencia de forma indirecta. No obstante, resulta peligroso albergar la idea de que es el modelador quien dicta cada nuevo concepto que se origina en la mente humana. Muy a menudo ocurre en los seres de vuestro orden que lo que aceptáis como la voz del modelador emana en realidad de vuestro propio intelecto. Esto entraña peligro, y cada ser humano debe resolver tales problemas por sí mismo conforme a su sabiduría humana natural y a su percepción sobrehumana.
110:5.7 (1208.6) El modelador del ser humano, mediante el que se realiza esta comunicación, cuenta con un amplio ámbito de acción debido, principalmente, a la indiferencia casi total de este humano hacia cualquier manifestación externa de la presencia interior del modelador; ciertamente, es una suerte que permanezca, conscientemente, tan despreocupado de todo el proceso. Posee uno de los modeladores de más dilatada experiencia de su día y generación y, sin embargo, el guardián del destino sostiene que su reacción pasiva —y su escaso interés— hacia los fenómenos relacionados con la presencia en su mente de este versátil modelador es rara y fortuita. Todo lo cual constituye una conjunción propicia de influencias, favorable tanto para el modelador, al facilitarle un mayor campo de actuación, como para su acompañante humano desde el punto de vista de la salud, la eficacia y la tranquilidad.
6. LOS SIETE CÍRCULOS PSÍQUICOS
110:6.1 (1209.1) La totalidad de la realización del ser personal en un mundo material se recoge en la conquista sucesiva de los siete círculos psíquicos indicativos de la potencialidad del mortal. El acceso al séptimo círculo marca el comienzo de la verdadera expresión del ser personal humano. La conclusión del primer círculo indica la relativa madurez del mortal. Aunque atravesar los siete círculos de desarrollo cósmico no equivale a la fusión con el modelador, tener un dominio de estos círculos representa la consecución de unos pasos previos a tal fusión.
110:6.2 (1209.2) El modelador es vuestro compañero igualitario en el logro de los siete círculos —la consecución de una relativa madurez humana—. El modelador asciende con vosotros los círculos desde el séptimo hasta el primero, pero progresa al estatus de supremacía y de autonomía de acción con bastante independencia de la cooperación activa de la mente mortal.
110:6.3 (1209.3) Los círculos psíquicos no son exclusivamente intelectuales, ni totalmente morontiales; guardan relación con el estatus del ser personal, los logros mentales conseguidos, el desarrollo del alma y la sintonía con el modelador. La exitosa travesía por estos niveles precisa del funcionamiento armónico de todo el ser personal, no meramente de alguna faceta del mismo. El crecimiento de las partes equivale a la auténtica maduración del todo; las partes realmente crecen en proporción a la expansión del yo completo —la totalidad del yo— material, intelectual y espiritual.
110:6.4 (1209.4) Cuando el desarrollo de la naturaleza intelectual avanza con mayor rapidez que el de la espiritual, la comunicación con el modelador puede resultar difícil y peligrosa. Igualmente, un exagerado desarrollo espiritual tiende a provocar que la guía espiritual del morador divino se interprete con una actitud fanática y de forma distorsionada. La falta de aptitud espiritual dificulta la transmisión a dicho intelecto material de las verdades espirituales existentes en la más elevada supraconsciencia. Es a la mente perfectamente equilibrada, albergada en un cuerpo de buenos hábitos, de energías neuronales estabilizadas y de una función química equilibrada —cuando las potencialidades físicas, mentales y espirituales se desarrollan armónicamente de forma trina— a la que se le puede impartir un máximo de luz y verdad con un mínimo de peligro o de riesgo temporal para el bienestar real de tal ser. A través de este crecimiento equilibrado, el hombre asciende, en su progreso planetario, los círculos uno a uno, del séptimo al primero.
110:6.5 (1209.5) Los modeladores siempre están cerca de vosotros y son parte de vosotros, pero rara vez os pueden hablar directamente, como lo haría otro ser. De círculo en círculo, vuestras decisiones intelectuales, opciones morales y desarrollo espiritual contribuyen a la capacidad del modelador para obrar en vuestra mente; círculo tras círculo, de esa manera, ascendéis desde las etapas inferiores en las que os vinculáis y armonizáis mentalmente con el modelador, de modo que este, cada vez más, puede hacer un registro de sus imágenes del destino, con creciente viveza y convicción, en la conciencia evolutiva de esta mente-alma que busca a Dios.
110:6.6 (1210.1) Cada decisión que toméis impide o facilita la labor del modelador; igualmente, estas mismas decisiones son determinantes para vuestro avance en los círculos, representativos de vuestros logros humanos. Es verdad que la supremacía de una decisión, su relación con una crisis, tiene una gran influencia en la propia capacidad de progresar en los círculos psíquicos; no obstante, el número de decisiones, sus repeticiones frecuentes, sus repeticiones insistentes, son esenciales para tener la certeza de que tales reacciones se están convirtiendo en hábitos.
110:6.7 (1210.2) Es difícil definir con precisión los siete niveles por los que el ser humano progresa, ya que estos niveles son personales; varían según la persona y están al parecer determinados por la capacidad de crecimiento individual. Son tres las formas en las que se refleja la conquista de estos niveles de evolución cósmica:
110:6.8 (1210.3) 1. La armonización con el modelador. La mente que se espiritualiza se aproxima a la presencia del modelador en proporción a la consecución de los círculos.
110:6.9 (1210.4) 2. La evolución del alma. La aparición del alma morontial indica la medida y la profundidad del dominio de los círculos.
110:6.10 (1210.5) 3. La realidad del ser personal. El grado de realidad del yo de la persona se determina directamente por la conquista de los círculos. Las personas se hacen más reales a medida que ascienden desde el séptimo nivel hasta el primer nivel de su existencia mortal.
110:6.11 (1210.6) A medida que se atraviesan los círculos, el niño fruto de la evolución material está creciendo y madurando como humano que es potencialmente inmortal. La vaga realidad de la naturaleza embrionaria de quien se halla en el séptimo círculo va dando paso a la más clara manifestación de la naturaleza morontial emergente de un ciudadano del universo local.
110:6.12 (1210.7) Aunque sea imposible definir con precisión los siete niveles, o círculos psíquicos del crecimiento humano, es admisible sugerir los límites mínimos y máximos de estas etapas de maduración:
110:6.13 (1210.8) El séptimo círculo. Los seres humanos entran en este nivel cuando desarrollan sus facultades de opción personal, decisión individual, responsabilidad moral y capacidad para lograr la individualidad espiritual. Esto implica la actuación unida de los siete espíritus asistentes de la mente bajo la dirección del espíritu de la sabiduría, la incorporación de la criatura mortal en los cauces de influencia del espíritu santo y, en Urantia, el inicio de la actividad del espíritu de la verdad, junto con la recepción del modelador del pensamiento en la mente humana. El acceso al séptimo círculo hace de la criatura mortal un ciudadano realmente potencial del universo local.
110:6.14 (1210.9) El tercer círculo. La labor del modelador es mucho más eficaz una vez que el ascendente humano llega al tercer círculo y recibe un guardián seráfico personal de destino. Aunque no exista una manifiesta concordancia entre la actividad del modelador y la del guardián seráfico, no obstante, se puede observar, con posterioridad a la asignación del asistente seráfico personal, una inequívoca mejora en todos los aspectos referentes al logro cósmico y al desarrollo espiritual. Cuando se alcanza el tercer círculo, el modelador trata de convertir en morontial la mente del hombre durante el resto de su vida mortal, lograr los círculos restantes y conseguir llegar a la etapa final de la vinculación divina-humana, antes de que la muerte natural disuelva esta singular alianza.
110:6.15 (1210.10) El primer círculo. Normalmente, el modelador no puede hablar directa e inmediatamente con vosotros hasta que lleguéis al círculo primero y final de vuestro logro progresivo como mortales. Este nivel supone haber conseguido la más alta realización posible de la relación mente-modelador en la experiencia humana, con anterioridad a la liberación del alma morontial evolutiva de la vestimenta del cuerpo material. Respecto a la mente, a las emociones y a la percepción cósmica, alcanzar este primer círculo psíquico constituye el mayor acercamiento posible en dicha experiencia humana de la mente material y del modelador espiritual.
110:6.16 (1211.1) Quizás, sería mejor denominar a estos círculos psíquicos denotativos de vuestro desarrollo humano como niveles cósmicos —o captación de los contenidos reales y realización de los valores en cuanto al acercamiento progresivo a la conciencia morontial de la incipiente relación del alma evolutiva con el naciente Ser Supremo—. Y es esta propia relación la que hace que sea para siempre imposible explicar por completo el significado de los círculos cósmicos a la mente material. La superación de estos círculos está solo relativamente relacionada con el hecho de tener conciencia de Dios. Alguien que haya llegado al séptimo o sexto círculo puede ser casi tan verdaderamente conocedor de Dios —consciente de su filiación con él— como alguien en el segundo o primer círculo, pero aquellos que se encuentran en círculos inferiores son mucho menos conscientes de su relación experiencial con el Ser Supremo, de su ciudadanía en el universo. La conquista de estos círculos cósmicos será parte de la experiencia de los ascendentes en los mundos de las moradas, si estos no consiguen tal logro antes de la muerte natural.
110:6.17 (1211.2) La motivación de la fe convierte la plena realización de la filiación del hombre con Dios en experiencial, pero la acción, la culminación de las decisiones, es esencial para el logro evolutivo de la conciencia de la progresiva afinidad con la actualidad cósmica del Ser Supremo. En el mundo espiritual, la fe transmuta los potenciales en actuales, pero los potenciales se vuelven actuales en los ámbitos finitos del Supremo solamente experimentando la facultad de elegir. Además, elegir hacer la voluntad de Dios une la fe espiritual a las decisiones en la acción de la persona y, de este modo, facilita el punto de apoyo divino y espiritual para el más efectivo funcionamiento de la palanca humana y material de la sed de Dios. Tal acertada coordinación de fuerzas materiales y espirituales aumenta notablemente tanto la cognición cósmica del Supremo como la comprensión morontial de las Deidades del Paraíso.
110:6.18 (1211.3) Adquirir el dominio de los círculos cósmicos está en relación con el crecimiento cuantitativo del alma morontial, con la comprensión de los contenidos supremos. Pero el estatus cualitativo de esta alma inmortal depende completamente de la captación que tenga la fe viva del Paraíso-potencial y del hecho-valor de que el hombre mortal es hijo del Dios eterno. Como consecuencia, quien se encuentra en el séptimo círculo va a los mundos de las moradas para conseguir una mayor conciencia de carácter cuantitativo del crecimiento cósmico, tal como lo hace quien está en el segundo o incluso el primer círculo.
110:6.19 (1211.4) Existe solamente una relación indirecta entre la superación de los círculos cósmicos y la auténtica experiencia religiosa espiritual; estos logros son recíprocos y, por consiguiente, mutuamente beneficiosos. El desarrollo exclusivamente espiritual quizás tenga poco que ver con la prosperidad material planetaria, pero alcanzar los círculos siempre aumenta el potencial del éxito y los logros humanos.
110:6.20 (1211.5) Desde el séptimo hasta el tercer círculo, los siete espíritus asistentes incrementan y unifican su actuación en la labor de liberar a la mente mortal de su dependencia a las realidades de los mecanismos de la vida material, como preparación a su más amplia incorporación experiencial a los niveles morontiales. Desde el tercer círculo en adelante, la influencia de los asistentes disminuye de forma progresiva.
110:6.21 (1211.6) Los siete círculos engloban la experiencia de los mortales, que se extiende desde el más elevado nivel puramente animal hasta el nivel más inferior en el que, en la experiencia del ser personal, existe un contacto realmente morontial desde la propia conciencia. Obtener el dominio del primer círculo cósmico señala la consecución de la madurez premorontial como mortales y marca la terminación del ministerio conjunto de los espíritus asistentes de la mente y de su acción exclusiva en la mente del ser personal humano. Más allá del primer círculo, la mente se vuelve cada vez más afín a la inteligencia de la etapa morontial de la evolución, que es el ministerio conjunto de la mente cósmica y del supraasistente dotado por el espíritu creativo de un universo local.
110:6.22 (1212.1) Los grandes momentos en las andaduras individuales de los modeladores son: primero, cuando su tutelado humano se abre paso al tercer círculo psíquico, asegurando así la autonomía de acción del mentor y un mayor rango de sus funciones (siempre que el morador no fuese ya autónomo); luego, cuando el compañero humano logra el primer círculo psíquico, algo que le posibilita a él y su modelador la intercomunicación, al menos en cierta medida; y, por último, cuando finalmente se fusionan para la eternidad.
7. EL LOGRO DE LA INMORTALIDAD
110:7.1 (1212.2) Conseguir superar los siete círculos cósmicos no equivale a la fusión con el modelador. Hay muchos mortales viviendo en Urantia que lo han conseguido; pero la fusión depende, además, de logros espirituales mayores y más sublimes, de la sintonía, final y completa, de la voluntad humana con la voluntad de Dios, tal como es inherente en el modelador del pensamiento.
110:7.2 (1212.3) Cuando un ser humano ha completado los círculos en cuanto a sus logros cósmicos, y, además, cuando la elección final de la voluntad del mortal permite que el modelador complete la vinculación de la identidad humana con el alma morontial durante la vida evolutiva y física, entonces, una vez que se han culminado tales nexos, el alma y el modelador continúan de forma independiente a los mundos de las moradas y, entonces, se emite el mandato desde Uversa ordenando la fusión inmediata del modelador y del alma morontial. Esta fusión durante la vida física consume al cuerpo material de forma instantánea; los seres humanos que hayan podido presenciar un espectáculo así solo observarían como el mortal, que estaba siendo trasladado, desaparecía “en carros de fuego”.
110:7.3 (1212.4) La mayoría de los modeladores que han trasladado a sus tutelados desde Urantia eran altamente experimentados y hay constancia de que, en otras esferas, habían morado previamente en numerosos mortales. Recordad que los modeladores consiguen una valiosa experiencia de su inhabitación cuando se ceden a determinados planetas; de esto no se desprende que los modeladores solo adquieren experiencia para una labor de carácter avanzado con aquellos tutelados mortales que no consiguen sobrevivir.
110:7.4 (1212.5) Posterior a su fusión con el mortal, los modeladores comparten vuestro destino y experiencias; ellos son vosotros. Tras la fusión del alma morontial inmortal y del modelador acompañante, todas las experiencias y todos los valores de uno acaban por volverse posesión del otro, de manera que los dos son, en efecto, una entidad. En cierto modo, este nuevo ser existió en el pasado eterno y continuará su existencia en el futuro eterno. Todo lo que fue alguna vez humano en el alma superviviente y todo lo que es experiencialmente divino en el modelador se convierten ahora en posesión real del ser personal, nuevo y siempre en ascenso, del universo. Pero en cada nivel del universo, el modelador solamente puede dotar a la nueva criatura con esos atributos que tienen significado y valor en dicho nivel. La unicidad absoluta con el mentor divino, el pleno agotamiento de la dotación de un modelador, se puede conseguir únicamente en la eternidad con posterioridad al logro final del Padre Universal, el Padre de los espíritus, la fuente por siempre de estos dones divinos.
110:7.5 (1212.6) Cuando el alma evolutiva y el modelador divino finalmente se fusionan para la eternidad, cada cual adquiere todas las cualidades experimentables del otro. Este ser personal combinado posee toda la memoria experiencial de su andadura de supervivencia que una vez perteneció a la ancestral mente mortal y residió luego en el alma morontial y, además de ello, en este finalizador potencial se incluye toda la memoria experiencial del modelador adquirida en su inhabitación de los mortales durante todos los tiempos. Si bien, se requiere la eternidad futura para que el modelador dote por completo, a esta conjunción de seres personales, de los contenidos y los valores que el mentor divino acumula desde el pasado eterno.
110:7.6 (1213.1) Pero, con la inmensa mayoría de los urantianos, el modelador debe esperar pacientemente la llegada de la muerte libertadora; ha de aguardar que el alma emergente se libre del casi completo predominio de los patrones energéticos y de las fuerzas químicas inherentes a vuestro orden material de existencia. La principal dificultad que experimentáis a la hora de poneros en contacto con vuestro modelador radica en esta propia naturaleza material intrínseca. Hay muy pocos mortales que sean auténticos pensadores; vosotros no desarrolláis ni disciplináis espiritualmente vuestras mentes hasta el extremo de conseguir un nexo propicio con los modeladores divinos. El oído de la mente humana está casi sordo a las peticiones espirituales, traducidas por el modelador a partir de los numerosos mensajes que recibe de las transmisiones universales de amor, procedentes del Padre de las misericordias. Al modelador le resulta prácticamente imposible registrar estas inspiradoras directrices espirituales en una mente animal totalmente dominada por las fuerzas químicas y eléctricas, consustanciales a vuestra naturaleza física.
110:7.7 (1213.2) Los modeladores se regocijan al entablar contacto con la mente mortal; pero deben ser pacientes durante los largos años de estancia silenciosa en los que están imposibilitados de romper la resistencia animal y comunicarse directamente con vosotros. Mientras más alto asciendan los modeladores del pensamiento en la escala del servicio, más eficaces llegan a ser. Pero nunca pueden saludaros, en la carne, con el mismo afecto pleno, comprensivo y expresivo con que lo harán cuando los percibáis, de mente a mente, en los mundos de las moradas.
110:7.8 (1213.3) Durante la vida mortal, el cuerpo y la mente materiales os separan de vuestro modelador e impiden que os comuniquéis libremente; tras la muerte, con posterioridad a la fusión eterna, vosotros y el modelador seréis uno —no se os puede distinguir como seres separados— y, por consiguiente, no habrá necesidad de comunicación, tal como vosotros la entendéis.
110:7.9 (1213.4) Aunque la voz del modelador está siempre en vosotros, una mayoría de vosotros rara vez la oirá durante su vida. Los seres humanos que se hallan por debajo del tercer y del segundo círculo de logro raramente oyen la voz directa del modelador, salvo en momentos de deseo supremo, en una situación suprema y tras una decisión suprema.
110:7.10 (1213.5) Durante el tiempo de contacto entre la mente mortal de un reservista de destino y los supervisores planetarios, en ocasiones, el modelador interior está en tal situación que le resulta posible trasmitir un mensaje a su acompañante mortal. No hace mucho, en Urantia, un modelador autónomo hizo llegar uno a su compañero humano, un miembro del colectivo de reserva de destino. El mensaje comenzaba con estas palabras: “Ahora, sin dañar ni poner en peligro a la persona objeto de mi devoción solícita y sin intentar de ninguna manera reprenderlo en exceso ni desalentarlo, por mí, dejad constancia de mi petición a él”. A continuación se oyó un consejo hermosamente conmovedor y evocativo. Entre otras cosas, el modelador suplicó “que coopere conmigo con más fidelidad y sinceridad, que tolere con más alegría las tareas propias de la posición que ostento, que lleve a cabo con más lealtad mi plan de acción, que soporte con más paciencia las pruebas que escojo, que camine con mayor perseverancia y alegría por el camino que elijo, que reciba con más humildad el mérito que acumule como resultado de mis constantes esfuerzos” —trasmitid así mis indicaciones al hombre en quien habito—. Le otorgo la devoción y el afecto supremos de un espíritu divino. Y decidle, además, a mi amado tutelado que obraré con sabiduría y poder hasta el final mismo, hasta que la última lucha en la tierra haya concluido; seré fiel a mi compromiso con esta persona. Y lo exhorto a que sobreviva, a que no me decepcione, a que no me prive de la recompensa por mi esfuerzo paciente e intenso. De la voluntad humana depende nuestro logro del ser personal. De círculo en círculo he ascendido pacientemente a esta mente humana, y tengo testimonio de que el jefe de mi propio orden me otorga su aprobación. Círculo tras círculo, lo remito a juicio. Aguardo con placer y sin aprehensión el llamamiento nominal de destino; estoy preparado para someterlo todo a los tribunales de los ancianos de días”.
110:7.11 (1214.1) [Exposición de un mensajero solitario de Orvontón.]