023 Los mensajeros solitarios

Los escritos de Urantia en línea

Los escritos de Urantia
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PARTE I: EL UNIVERSO CENTRAL Y LOS SUPRAUNIVERSOS

000 Prólogo
001 El Padre Universal
002 La naturaleza de Dios
003 Los atributos de Dios
004 La relación de Dios con el universo
005 La relación individual de Dios con los mortales
006 El Hijo Eterno
007 La relación del Hijo Eterno con el universo
008 El Espíritu Infinito
009 La relación del Espíritu Infinito con el universo
010 La Trinidad del Paraíso
011 La Isla eterna del Paraíso
012 El universo de los universos
013 Las esferas sagradas del Paraíso
014 El universo central y divino
015 Los siete suprauniversos
016 Los siete espíritus mayores
017 Los siete grupos de espíritus supremos
018 Los seres personales supremos de la Trinidad
019 Seres correlacionados de origen en la Trinidad
020 Los hijos de Dios del Paraíso
021 Los hijos creadores del Paraíso
022 Los hijos de Dios trinitizados
023 Los mensajeros solitarios
024 Los seres personales superiores del Espíritu Infinito
025 Las multitudes de mensajeros del espacio
026 Los espíritus servidores del universo central
027 El ministerio de los supernafines primarios
028 Los espíritus servidores de los suprauniversos
029 Los directores de la potencia del universo
030 Los seres personales del gran universo
031 El colectivo final

PARTE II: EL UNIVERSO LOCAL

032 Evolución de los universos locales
033 La administración del universo local
034 El espíritu materno del universo local
035 Los hijos de Dios de los universos locales
036 Los portadores de vida
037 Los seres personales del universo local
038 Los espíritus servidores del universo local
039 Las multitudes seráficas
040 Los hijos ascendentes de Dios
041 Aspectos físicos del universo local
042 Energía, mente y materia
043 Las constelaciones
044 Los artesanos celestiales
045 La administración del sistema local
046 La sede del sistema local
047 Los siete mundos de las moradas
048 La vida morontial
049 Los mundos habitados
050 Los príncipes planetarios
051 Los adanes planetarios
052 Épocas planetarias de los mortales
053 La rebelión de Lucifer
054 Los problemas de la rebelión de Lucifer
055 Las esferas de luz y vida
056 La unidad universal

PARTE III: LA HISTORIA DE URANTIA

057 El origen de Urantia
058 Establecimiento de la vida en Urantia
059 La era de la vida marina en Urantia
060 Urantia durante la era de la vida terrestre primitiva
061 La era de los mamíferos en Urantia
062 Las razas precursoras del hombre primitivo
063 La primera familia humana
064 Las razas evolutivas de color
065 La acción directiva sobre la evolución
066 El príncipe planetario de Urantia
067 La rebelión planetaria
068 Los albores de la civilización
069 Instituciones humanas primitivas
070 Evolución del gobierno humano
071 El desarrollo del estado
072 El gobierno de un planeta vecino
073 El Jardín de Edén
074 Adán y Eva
075 La transgresión de Adán y de Eva
076 El segundo jardín
077 Las criaturas intermedias
078 La raza violeta después de los días de Adán
079 La expansión andita en Oriente
080 La expansión andita en Occidente
081 Desarrollo de la civilización moderna
082 Evolución del matrimonio
083 La institución del matrimonio
084 Matrimonio y vida familiar
085 Orígenes de la adoración
086 Evolución temprana de la religión
087 El culto a los espectros
088 Fetiches, amuletos y magia
089 Pecado, sacrificio y expiación
090 Chamanismo: Curanderos y sacerdotes
091 Evolución de la oración
092 Evolución posterior de la religión
093 Maquiventa Melquisedec
094 Las enseñanzas de Melquisedec en Oriente
095 Las enseñanzas de Melquisedec en el Levante
096 Yahvé, el Dios de los hebreos
097 Evolución del concepto de Dios entre los hebreos
098 Las enseñanzas de Melquisedec en Occidente
099 Los problemas sociales de la religión
100 La religión en la experiencia humana
101 Naturaleza real de la religión
102 Fundamentos de la fe religiosa
103 La realidad de la experiencia religiosa
104 Expansión del concepto de la Trinidad
105 Deidad y realidad
106 Los niveles de la realidad del universo
107 Origen y naturaleza de los modeladores del pensamiento
108 Misión y ministerio de los modeladores del pensamiento
109 Relación de los modeladores con las criaturas del universo
110 Relación de los modeladores con el ser humano
111 El modelador y el alma
112 La supervivencia del ser personal
113 Los guardianes seráficos del destino
114 El gobierno planetario seráfico
115 El Ser Supremo
116 El Todopoderoso Supremo
117 El Dios Supremo
118 El Supremo y el Último —el tiempo y el espacio—
119 Los ministerios de gracia de Cristo Miguel

PARTE IV: VIDA Y ENSEÑANZAS DE JESÚS

120 El ministerio de gracia de Miguel en Urantia
121 La época del ministerio de gracia de Miguel
122 Nacimiento e infancia de Jesús
123 Niñez temprana de Jesús
124 Niñez tardía de Jesús
125 Jesús en Jerusalén
126 Los dos años cruciales
127 Sus años adolescentes
128 Edad adulta temprana de Jesús
129 Vida adulta posterior de Jesús
130 De camino a Roma
131 Las religiones del mundo
132 Estancia en Roma
133 Regreso de Roma
134 Los años de transición
135 Juan el Bautista
136 El bautismo y los cuarenta días
137 Tiempo de espera en Galilea
138 Formación de los mensajeros del reino
139 Los doce apóstoles
140 La ordenación de los doce
141 Inicio de la labor pública
142 En la Pascua de Jerusalén
143 A través de Samaria
144 En Gilboa y en la Decápolis
145 Cuatro días memorables en Cafarnaúm
146 El primer viaje de predicación por Galilea
147 Un paréntesis en su labor para visitar Jerusalén
148 Formación de los evangelistas en Betsaida
149 El segundo viaje de predicación
150 El tercer viaje de predicación
151 Estancia y enseñanzas junto al mar
152 Los sucesos que desembocaron en la crisis de Cafarnaúm
153 La crisis de Cafarnaúm
154 Últimos días en Cafarnaúm
155 Huida por el norte de Galilea
156 Estancia en Tiro y Sidón
157 En Cesarea de Filipo
158 El monte de la transfiguración
159 Viaje por la Decápolis
160 Rodán de Alejandría
161 Otras conversaciones con Rodán
162 En la fiesta de los Tabernáculos
163 La ordenación de los setenta en Magadán
164 En la fiesta de la Dedicación
165 Comienza la misión de Perea
166 Última visita al norte de Perea
167 Visita a Filadelfia
168 La resurrección de Lázaro
169 Últimas enseñanzas en Pella
170 El reino de los cielos
171 De camino a Jerusalén
172 Entrada en Jerusalén
173 Lunes en Jerusalén
174 Martes por la mañana en el templo
175 El último discurso en el templo
176 En el monte de los Olivos, a última hora de la tarde del martes
177 Miércoles, día de descanso
178 Último día en el campamento
179 La última cena
180 El discurso de despedida
181 Consejos y advertencias finales
182 En Getsemaní
183 Traición y arresto de Jesús
184 Ante el tribunal del sanedrín
185 El juicio ante Pilato
186 Justo antes de la crucifixión
187 La crucifixión
188 El tiempo en la tumba
189 La resurrección
190 Las apariciones morontiales de Jesús
191 Apariciones a los apóstoles y a otros líderes
192 Apariciones en Galilea
193 Últimas apariciones y ascensión
194 La dádiva del espíritu de la verdad
195 Tras Pentecostés
196 La fe de Jesús

Escrito 23
Los mensajeros solitarios

23:0.1 (256.1) Los mensajeros solitarios son el colectivo personal y universal del Creador Conjunto. Constituyen el orden primero y de mayor rango de los seres personales superiores del Espíritu Infinito. Son el resultado de su primera acción creativa individual. Su propósito consistía en dar existencia a seres personales espirituales solitarios. Ni el Padre ni el Hijo participaron de forma directa en esta formidable espiritualización.

23:0.2 (256.2) Estos mensajeros espirituales adquirieron su ser personal en un solo acto creativo, y su número es fijo. Aunque tengo a uno de estos extraordinarios seres conmigo en esta misión, no sé cuántos de ellos existen en el universo de los universos. Tan solo conozco periódicamente el número registrado en servicio en un determinado momento dentro de la jurisdicción de nuestro suprauniverso. Y he observado en el último informe de Uversa que había entonces cerca de 7690 billones de mensajeros solitarios operando dentro de los límites de Orvontón; y supongo que esta cantidad es considerablemente inferior a un séptimo del total.

1. NATURALEZA Y ORIGEN DE LOS MENSAJEROS SOLITARIOS

23:1.1 (256.3) Inmediatamente tras crear a los siete espíritus de las vías de Havona, el Espíritu Infinito dio nacimiento a un inmenso colectivo de mensajeros solitarios. No existe parte alguna de la creación universal que sea preexistente a los mensajeros solitarios exceptuando el Paraíso y las vías que orbitan Havona; han estado en acción a lo largo y ancho del gran universo casi desde la eternidad. Son fundamentales para llevar a efecto el modo divino del Espíritu Infinito de revelación de sí mismo y de su contacto personal con las enormes creaciones espacio‑temporales.

23:1.2 (256.4) A pesar de que estos mensajeros existen casi desde la eternidad, todos tienen conciencia del comienzo de su yo. Son conscientes del tiempo; en realidad, son los primeros seres creados por el Espíritu Infinito que poseen dicha conciencia temporal. Son las primeras criaturas nacidas del Espíritu Infinito en adquirir su ser personal en el tiempo y en ser espiritualizadas en el espacio.

23:1.3 (256.5) Estos espíritus solitarios aparecieron en los albores del tiempo como seres espirituales plenamente desarrollados y perfectamente dotados. Son todos iguales, y no hay clases ni subdivisiones fundadas en variaciones personales. La forma en la que se clasifican se basa enteramente en el tipo de labor a la que periódicamente se les asigna.

23:1.4 (256.6) Los mortales comienzan como seres casi materiales en los mundos del espacio y ascienden interiormente hacia los grandes centros; los espíritus solitarios, sin embargo, lo hacen en el centro de todas las cosas y ansían que se les asigne, sin reparar en distancia, a creaciones remotas e incluso a los mundos individuales de los universos locales más lejanos.

23:1.5 (256.7) Aunque se les denomina “mensajeros solitarios”, no sienten la soledad porque verdaderamente les gusta trabajar a solas. Son los únicos seres de toda la creación que pueden disfrutar, como de hecho lo hacen, de tener una existencia solitaria. A pesar de ello, les complace de igual manera la compañía de los poquísimos órdenes de inteligencias del universo con los que pueden fraternizar.

23:1.6 (257.1) Los mensajeros solitarios no están aislados cuando desempeñan sus servicios; están constantemente en contacto con los recursos intelectivos de toda la creación, porque son capaces de “escuchar” todas las transmisiones de los lugares donde residen. También pueden comunicarse con miembros más cercanos de su propio colectivo, con aquellos seres que están realizando el mismo tipo de trabajo en el mismo suprauniverso. Podrían hacerlo también con otros de su grupo, pero el consejo de los siete espíritus mayores les ha ordenado que no lo hagan y, al ser un grupo leal, no desobedecen ni fallan. No hay constancia de que mensajero solitario alguno haya caído en la oscuridad.

23:1.7 (257.2) Al igual que los directores de la potencia del universo, los mensajeros solitarios figuran entre los escasos tipos de seres que, operando en todas partes, están exentos de ser arrestados o detenidos por parte de los tribunales del espacio y del tiempo. Nadie los puede citar para comparecer ante nadie con la excepción de los siete espíritus mayores; si bien, en todos los anales del universo matriz, nunca se ha convocado este consejo del Paraíso para juzgar el caso de un mensajero solitario.

23:1.8 (257.3) Estas criaturas, que realizan su servicio en solitario, son dignas de confianza, independientes, versátiles, enteramente espirituales y ampliamente comprensivas. Proceden de la Tercera Fuente y Centro y actúan por mandato del Espíritu Infinito que reside en la Isla central del Paraíso y tal como se manifiestan personalmente en las esferas sedes de los universos locales. Participan constantemente de la vía de circulación directa que emana del Espíritu Infinito. Lo hacen así incluso cuando operan en las creaciones locales bajo la influencia inmediata de los espíritus maternos de los universos locales.

23:1.9 (257.4) Existe una razón especial por la que estos mensajeros solitarios deben viajar y trabajar solos. Durante cortos períodos de tiempo y cuando se encuentran en un lugar fijo, pueden colaborar en grupo, pero al hacerlo así se hallan por completo incomunicados del soporte y de la dirección de su vía circulatoria del Paraíso; están totalmente aislados. Cuando están en tránsito, o ejercen su actividad en las vías de circulación del espacio y en las corrientes del tiempo, si dos o más seres de este orden están en proximidad, ambos o todos quedan fuera de su conexión con las fuerzas circulatorias superiores. Sufren “un cortocircuito”, tal como lo describiríais vosotros para ilustrar ese hecho. Esto es, disponen de forma natural de una alarma automática, de una señal de aviso, que de forma infalible les advierte de posibles encuentros y los mantiene de modo indefectible suficientemente separados como para no interferirse en la eficacia del adecuado ejercicio de su actividad. De igual manera, disponen de facultades naturales y automáticas que les hace detectar tanto a los espíritus inspirados de la Trinidad como a los modeladores del pensamiento divinos e indicar su proximidad.

23:1.10 (257.5) Estos mensajeros no poseen la facultad de reproducirse o extender su ser personal, pero no existe prácticamente tarea alguna en los universos a la que no puedan dedicarse y a la que no puedan contribuir con algo esencial y útil. En particular, son los grandes ahorradores de tiempo para aquellos que están involucrados en la administración de los asuntos del universo; nos asisten a todos, desde los más elevados hasta los más modestos.

2. COMETIDOS DE LOS MENSAJEROS SOLITARIOS

23:2.1 (257.6) Los mensajeros solitarios no están adscritos de modo permanente ni a grupos de seres personales celestiales ni a individuales. Siempre están asignados a algún servicio, y durante este trabajan bajo la supervisión inmediata de quienes dirigen los lugares a los que se les ha destinado. No hay entre ellos ningún tipo de organización ni de gobierno; son mensajeros solitarios.

23:2.2 (258.1) El Espíritu Infinito asigna a los mensajeros solitarios a las siguientes siete unidades de servicio:

23:2.3 (258.2) 1. Mensajeros de la Trinidad del Paraíso.

23:2.4 (258.3) 2. Mensajeros de las vías de Havona.

23:2.5 (258.4) 3. Mensajeros de los suprauniversos.

23:2.6 (258.5) 4. Mensajeros de los universos locales.

23:2.7 (258.6) 5. Exploradores y emisarios con cometidos indeterminados.

23:2.8 (258.7) 6. Embajadores y cometidos especiales.

23:2.9 (258.8) 7. Reveladores de la verdad.

23:2.10 (258.9) Estos mensajeros espirituales pueden, en todos los sentidos, alternarse de una clase de servicio a otra. Estas sustituciones ocurren de forma constante. No existen diferentes órdenes de mensajeros solitarios; espiritualmente son semejantes y, en todos los respectos, iguales. Aunque generalmente se les designa con un número, el Espíritu Infinito los conoce por sus nombres personales. El resto de nosotros los conoce por el nombre o el número que denota el cometido que realizan en ese momento.

23:2.11 (258.10) 1. Los mensajeros de la Trinidad del Paraíso. No se me permite revelar por completo la labor del grupo de mensajeros asignado a la Trinidad. Son los servidores secretos y de confianza de las Deidades, y cuando se les encomiendan mensajes especiales sobre materia no revelada y sobre el proceder futuro de los Dioses, nunca se ha sabido que hayan divulgado un secreto ni que hayan traicionado la confianza depositada en su orden. Y relatamos todo esto en este contexto, no para vanagloriarnos de su perfección, sino más bien para hacer notar que las Deidades pueden crear, como de hecho lo hacen, seres perfectos.

23:2.12 (258.11) La confusión y agitación de Urantia no indican desinterés ni incapacidad de los gobernantes del Paraíso para conducirse de otra manera. Los creadores poseen pleno poder para hacer de Urantia un verdadero paraíso, pero un edén así no contribuiría al desarrollo de esos rasgos fuertes, nobles y experimentados que los Dioses con tanta firmeza forjan en vuestro mundo, entre el yunque y el martillo, entre la necesidad y la angustia. Vuestra ansiedad y aflicción, vuestras pruebas y desencantos, son parte del plan divino para vuestra esfera, al igual que lo son la excelente perfección y la infinita adaptación de todas las cosas a su propósito supremo en los mundos del universo central y perfecto.

23:2.13 (258.12) 2. Los mensajeros de las vías de Havona. A lo largo de vuestra andadura como ascendentes seréis capaces de detectar de forma vaga pero creciente la presencia de los mensajeros solitarios. No los reconoceréis de modo inequívoco hasta que no lleguéis a Havona. Los primeros mensajeros que veréis cara a cara serán los de las vías planetarias de Havona.

23:2.14 (258.13) Los mensajeros solitarios gozan de relaciones especiales con los nativos de los mundos de Havona. Estos mensajeros, que se encuentran tan dificultados en su labor cuando están en proximidad, pueden, y de hecho lo hacen, disfrutar de comunión personal y muy estrecha con los nativos de Havona. Sin bien, es del todo imposible hacer partícipe a la mente humana de la satisfacción suprema que las mentes de estos seres divinamente perfectos experimentan cuando contactan con los espíritus de unos seres personales casi trascendentales.

23:2.15 (259.1) 3. Los mensajeros de los suprauniversos. Los ancianos de días, esos seres personales de origen en la Trinidad que presiden los destinos de los siete suprauniversos, esos tríos de poder divino y sabiduría en asuntos de gobierno, están copiosamente provistos de mensajeros solitarios. Es solo mediante este orden de mensajeros que estos gobernantes trinos de un suprauniverso pueden comunicarse de modo directo y personal con los gobernantes de otro. Los mensajeros solitarios son el único tipo de inteligencia espiritual disponible —aparte de, posiblemente, los espíritus inspirados de la Trinidad— que se puede enviar de la sede de un suprauniverso directamente a la sede de otro. Todos los demás seres personales deben hacerlo pasando por Havona y por los mundos rectores de los espíritus mayores.

23:2.16 (259.2) Existe cierta clase de información que no puede obtenerse mediante los mensajeros de la gravedad ni mediante la reflectividad ni por transmisión. Y, cuando los ancianos de días quieren saber con seguridad estas cosas, deben enviar a un mensajero solitario a la fuente del conocimiento. Mucho antes de la presencia de la vida en Urantia, al mensajero que me acompaña en este momento se le asignó a una misión para la que tuvo que salir de Uversa y dirigirse al universo central; estuvo ausente de los listados nominales de Orvontón durante cerca de un millón de años, pero regresó a su debido tiempo con la información que se le había pedido.

23:2.17 (259.3) El servicio que realizan los mensajeros solitarios en los suprauniversos no tiene límites; pueden obrar bien ejecutando las resoluciones de los tribunales superiores o recolectando información para el bien de los universos. De todas las supracreaciones, les complace más servir en Orvontón porque aquí hay más necesidades y se multiplican grandemente las posibilidades de realizar algún acto heroico. Es en los universos más necesitados donde todos nosotros encontramos mayor satisfacción en nuestra labor.

23:2.18 (259.4) 4. Los mensajeros de los universos locales. No hay límites en la labor que los mensajeros solitarios realizan en un universo local. Revelan fielmente los propósitos y determinaciones del espíritu materno del universo local, aunque estén bajo la plena jurisdicción del hijo mayor en gobierno. Esto se puede decir de todos los mensajeros que operan en un universo local, ya sea que provengan directamente de la sede del universo o actúen de modo transitorio en conjunción con los Padres de las constelaciones, los soberanos de los sistemas o los príncipes planetarios. Antes de que un hijo creador consolide su poder al ser elevado a gobernante soberano de su universo, estos mensajeros de los universos locales obran bajo la dirección general de los ancianos de días y son directamente responsables ante su representante allí residente: el unión de días.

23:2.19 (259.5) 5. Los exploradores con cometidos indeterminados. Cuando hay un sobre reclutamiento de mensajeros solitarios en el colectivo de reserva, los siete directores supremos de la potencia hacen un llamamiento solicitando exploradores voluntarios; y nunca sucede que haya falta de voluntarios, porque les encanta que se les envíe a explorar libremente y sin limitaciones al objeto de sentir la emoción de hallar núcleos de nuevos mundos y universos en proceso de formación.

23:2.20 (259.6) Estos exploradores salen para investigar los indicios que les facilitan los observadores de las regiones espaciales. No hay duda de que las Deidades del Paraíso saben de la existencia de estos sistemas de energía del espacio aún por descubrir, pero jamás dan a conocer tal información. Si los mensajeros solitarios no exploraran y trazaran un mapa de estos nuevos centros de energía en proceso de organización, dichos fenómenos continuarían inadvertidos durante mucho tiempo incluso por parte de las inteligencias de las regiones espaciales cercanas. Los mensajeros solitarios, como clase, son extremadamente sensibles a la gravedad; por ello, a veces pueden detectar la presencia posible de planetas oscuros muy pequeños, que son los mejores adaptados para experimentar con la vida.

23:2.21 (260.1) Estos mensajeros exploradores patrullan el universo matriz sin cometido determinado. Realizan constantemente expediciones de exploración en regiones desconocidas de todo el espacio exterior. Una gran parte de los datos que poseemos de estas actuaciones en relación a los ámbitos del espacio exterior, se la debemos a ellos, puesto que trabajan y estudian a menudo con los astrónomos celestiales.

23:2.22 (260.2) 6. Los embajadores y emisarios con cometidos especiales. En los universos locales situados dentro del mismo suprauniverso se realizan habitualmente intercambios de embajadores que se eligen dentro de los órdenes de filiación que les son innatos. Pero para evitar retrasos, con frecuencia se solicita a los mensajeros solitarios que acudan como embajadores de una creación local a otra para representarla. Por ejemplo: cuando se descubre algún lugar recién habitado, puede resultar que se encuentre tan lejano en el espacio que tenga que transcurrir un largo período de tiempo antes de que un embajador viajando en un serafín transportador pueda llegar a ese remoto universo. Un ser que se traslade envuelto en un serafín no puede sobrepasar de ningún modo la velocidad de 899 365,80 kilómetros por segundo en tiempo de Urantia. Las estrellas masivas, las contracorrientes y los desvíos, al igual que las tangentes de atracción, tienden en su totalidad a retrasar tal velocidad, así que en un largo viaje se alcanzará un promedio de velocidad de unos 885 139,20 kilómetros por segundo.

23:2.23 (260.3) Cuando se observa que se necesitarán cientos de años para que un embajador nativo llegue a un universo local muy lejano, con frecuencia se solicita a un mensajero solitario que se dirija allí de inmediato para actuar como embajador interino. Los mensajeros solitarios pueden llegar rápidamente, con independencia del tiempo y del espacio, como lo hacen los mensajeros de la gravedad, pero casi del mismo modo. En otras circunstancias también sirven como emisarios con cometidos especiales.

23:2.24 (260.4) 7. Los reveladores de la verdad. Los mensajeros solitarios consideran la revelación de la verdad como el mayor cometido de su orden. Y actúan en ocasiones en dicho cometido desde los suprauniversos a los planetas individuales del espacio. Con frecuencia, se unen a las comisiones que se envían a los mundos y sistemas con el fin de ampliar la revelación de la verdad.

3. SERVICIOS PRESTADOS POR LOS MENSAJEROS SOLITARIOS EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO

23:3.1 (260.5) Los mensajeros solitarios constituyen la clase más elevada de seres perfectos y dignos de confianza de la que se puede disponer en todas las regiones del espacio para transmitir con celeridad mensajes importantes y urgentes, en casos en los que no resulta conveniente utilizar ni el servicio de transmisión ni el mecanismo de la reflectividad. Desempeñan una variedad sin fin de cometidos en ayuda de seres materiales y espirituales, particularmente en aquellos lugares en los que está involucrado el factor tiempo. De todos los órdenes destinados al servicio en los ámbitos de los suprauniversos, los mensajeros solitarios son los seres personales de más elevación y versatilidad que más cerca están de desafiar el tiempo y el espacio.

23:3.2 (260.6) El universo está bien provisto de espíritus que utilizan la gravedad para desplazarse; pueden ir a cualquier lado en cualquier momento —de forma instantánea— pero no son seres personales. Hay otros seres personales tales como los surcadores de la gravedad y los archivistas trascendentales que también hacen uso de la gravedad para sus desplazamientos, pero no están a la disposición de los administradores de los suprauniversos ni de los universos locales. Los mundos están poblados de ángeles y hombres y de otros seres altamente personales, pero están limitados por el tiempo y el espacio: el límite de velocidad para la mayoría de los seres que no viajen en un serafín es de 299 788,60 kilómetros de vuestro mundo por segundo de vuestro tiempo; los seres intermedios y algunos otros tipos de seres pueden alcanzar el doble de esta velocidad —599 577,20 kilómetros por segundo—, tal como a menudo hacen, mientras que los serafines y algunos otros seres pueden cruzar el espacio al triple de velocidad, a casi 899 365,80 kilómetros por segundo. Sin embargo, exceptuando a los mensajeros solitarios, no existen seres personales de tránsito o mensajeros que se trasladen entre las velocidades instantáneas de los surcadores de la gravedad y las velocidades relativamente lentas de los serafines.

23:3.3 (261.1) Así pues, se acude a los mensajeros solitarios, por lo general, para los envíos y servicios en situaciones en las que resulta imprescindible el ser personal para tener éxito en el cometido, y en las que sea deseable evitar la pérdida de tiempo que ocurriría si se enviara a otro tipo de mensajero personal que estuviera rápidamente disponible. Los mensajeros solitarios son los únicos seres incuestionablemente personales capaces de sincronizar con las corrientes universales conjuntas del gran universo. Su velocidad para atravesar el espacio es variable porque depende de una gran variedad de factores que pueden interferir en esta, pero los datos muestran que en el viaje que ha realizado el mensajero que me acompaña, a fin de cumplir esta misión, se ha desplazado a razón de 1 354 458 739 822 de vuestros kilómetros por segundo de vuestro tiempo.

23:3.4 (261.2) Soy totalmente incapaz de explicar a la mente material cómo un espíritu puede ser una persona real y al mismo tiempo atravesar el espacio a velocidades tan formidables. Pero estos mismos mensajeros solitarios de hecho vienen a Urantia y parten de ella a estas velocidades incomprensibles; es más, si no fuese por ello, toda la eficiente organización de la administración universal se hallaría en gran parte privada de su elemento personal.

23:3.5 (261.3) Los mensajeros solitarios son capaces de actuar como líneas urgentes de comunicación en todas las regiones remotas del espacio, en aquellas zonas no incluidas dentro de las vías circulatorias establecidas del gran universo. Se deduce que, al hacerlo así, un mensajero puede transmitir un mensaje o enviar un impulso a través del espacio a otro mensajero que se halle a unos cien años luz de distancia, tal como los astrónomos de Urantia calculan las distancias estelares.

23:3.6 (261.4) De las miríadas de seres que cooperan con nosotros en la dirección de los asuntos del suprauniverso, ninguno hay más importante que estos mensajeros ni en la práctica ni en el ahorro de tiempo que nos proporcionan. En los universos del espacio, debemos tener en cuenta las dificultades que ocasiona el tiempo; de ahí, el gran servicio que prestan estos seres, los cuales, debido a las prerrogativas personales que gozan en el terreno de la comunicación, son, en cierto modo, independientes del espacio y, gracias a su formidable velocidad de tránsito, casi independientes del tiempo.

23:3.7 (261.5) No puedo explicar a los mortales de Urantia de qué manera los mensajeros solitarios sin tener forma pueden poseer un ser personal real e incuestionable. Pero, aunque no tengan esa forma que de modo natural se asocia con el ser personal, gozan de una presencia espiritual que resulta perceptible para todos los tipos más elevados de seres espirituales. Los mensajeros solitarios constituyen la única clase de seres que parece disfrutar de casi todas las ventajas de un espíritu sin forma unidas a todas las prerrogativas de un ser personal pleno. Son auténticas personas, si bien, dotadas de casi todos los atributos de una manifestación espiritual impersonal.

23:3.8 (261.6) En los siete suprauniversos, normalmente, pero no siempre, todo aquello que tiende progresivamente a que las criaturas se liberen de los impedimentos del tiempo y del espacio hace disminuir proporcionalmente las prerrogativas del ser personal. Los mensajeros solitarios son una excepción a esta ley general. En su actividad, no tienen ninguna forma de restricción para utilizar sin límites cualquier modo de expresión espiritual, servicio divino, ministerio personal y comunicación cósmica. Si pudierais contemplar a estos seres extraordinarios a la luz de mi propia experiencia en la administración del universo, comprenderíais lo difícil que sería coordinar los asuntos del suprauniverso si no fuese por la versatilidad con la que cooperan.

23:3.9 (262.1) Por mucho que el universo se expanda, es probable que nunca se vuelvan a crear más mensajeros solitarios. Conforme crecen los universos, el trabajo en aumento de su administración lo asumirán gradualmente otros tipos de servidores espirituales y aquellos seres que se originan en estas nuevas creaciones, tales como las criaturas de los Hijos soberanos y de los espíritus maternos de los universos locales.

4. MINISTERIO ESPECIAL DE LOS MENSAJEROS SOLITARIOS

23:4.1 (262.2) Los mensajeros solitarios, como seres personales que son, parecen ser los coordinadores de todo tipo de seres espirituales. Su ministerio ayuda a que todos los seres personales del extenso mundo espiritual tengan relación entre ellos. Contribuyen mucho al desarrollo en ellos de una conciencia de identidad de grupo. Todo tipo de ser espiritual recibe la asistencia de grupos especiales de mensajeros solitarios que fomenta su capacidad para comprender y fraternizar con otros tipos y órdenes, por muy distintos que sean.

23:4.2 (262.3) Los mensajeros solitarios demuestran tener una capacidad asombrosa para coordinar a todos los tipos y órdenes de seres personales finitos e incluso para entablar contacto con el régimen absonito de los regidores del universo matriz. Algunos de nosotros creemos probable que la creación de estos mensajeros, llevada a cabo por el Espíritu Infinito, esté relacionada de alguna manera con el don procedente del Actor Conjunto de la Mente Suprema-Última.

23:4.3 (262.4) Cuando un finalizador y un ciudadano del Paraíso cooperan en la trinitización de un “hijo del tiempo y de la eternidad” —una acción que implica a los potenciales de mente no revelados del Supremo‑Último— y cuando se envía a Lugar de Vicerregencia a dicho ser personal sin categorizar (un ser personal consecuencia supuesta del don de dicha mente en cuanto deidad), siempre se asigna a un mensajero solitario para que acompañe y guarde a tal hijo trinitizado por criaturas. Este mensajero acompaña al nuevo hijo de destino al mundo al que está asignado y no abandona jamás Lugar de Vicerregencia. Cuando está así unido a los destinos de un hijo del tiempo y de la eternidad, al mensajero solitario se le transfiere para siempre a la supervisión exclusiva de los arquitectos del universo matriz. No sabemos cuál puede ser el futuro de esta tan extraordinaria alianza. Durante eras, estos seres personales excepcionales, así emparejados, han continuado reuniéndose en Lugar de Vicerregencia, y ni siquiera una sola pareja ha salido jamás de allí.

23:4.4 (262.5) El número de mensajeros solitarios no cambia, pero la trinitización de los hijos de destino se aplica al parecer de forma ilimitada. Ya que a cada uno de ellos se le asigna un mensajero solitario, creemos que la cantidad disponible de mensajeros tocará su fin en algún momento del futuro remoto. ¿Quién se hará cargo entonces de la labor que realizan en el gran universo? ¿Ampliarán los espíritus inspirados de la Trinidad sus cometidos para asumir tal labor? ¿Es que en algún periodo lejano seres de origen en la Trinidad llegarán a asumir casi completamente la administración del gran universo, mientras que las criaturas de origen único y doble avanzarán hacia las regiones del espacio exterior? Si los mensajeros regresan a su servicio anterior, ¿los acompañarán estos hijos de destino? ¿Cesarán las trinitizaciones entre los finalizadores y los habitantes del Paraíso-Havona cuando se absorba la cantidad de mensajeros solitarios que acompañan y guardan a estos hijos de destino? ¿Se concentrarán todos nuestros eficientes mensajeros solitarios en Lugar de Vicerregencia? ¿Se vincularán eternamente estos extraordinarios seres personales espirituales a estos hijos trinitizados de destino no revelado? ¿Qué significado debemos conceder al hecho de que estas parejas que se van reuniendo en Lugar de Vicerregencia están bajo la dirección exclusiva de esos misteriosos seres poderosos, de los arquitectos del universo matriz? Nos planteamos estas y otras muchas cuestiones similares y preguntamos a numerosos otros órdenes de seres celestiales, pero no conocemos las respuestas.

23:4.5 (263.1) Esta acción, junto a muchos acontecimientos similares en la administración del universo, indica de forma inequívoca que el equipo asistente del gran universo, incluso el de Havona y el Paraíso, está experimentando una reorganización innegable en coordinación, y en relación, con las inmensas evoluciones de la energía que tienen lugar en el momento presente por todas las regiones del espacio exterior.

23:4.6 (263.2) Nos inclinamos a creer que el futuro eterno será testigo de unos fenómenos en cuanto a la evolución del universo que irán más allá de todo lo experimentado en el pasado eterno. Y esperamos tales formidables aventuras, al igual que vosotros deberíais hacerlo, con gran entusiasmo y con cada vez mayores expectativas.

 

23:4.7 (263.3) [Exposición de un consejero divino de Uversa.]

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