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Fe de erratas
por Ángel F. Sánchez Escobar
Apartado dedicado a detallar las erratas que pudieran aparecer en los volúmenes impresos en papel, detallando la enmienda que se debe hacer en cada uno de los casos. Estas correcciones serán incorporadas en una edición posterior.
En un libro traducido como Los escritos de Urantia, de gran complejidad, con un número de página que asciende a 2097 y más de un millón de caracteres, es normal que aparezcan ciertas erratas (errores de escritura, puntuación u ortografía) a pesar de haberse revisado repetidas veces y por distintos lectores cualificados. En la versión digital las correcciones se realizarán de inmediato.
Mire, por favor, esta sección de vez en cuando porque aquí se detallarán dichas erratas. En este respecto, animamos también al lector para que mande sus sugerencias o comentarios. [Vaya al apartado Contacto para hacerlo.]
40:6.4 (448.3) 1. Sois hijos de la promesa espiritual, hijos de la fe; habéis aceptado vuestro/a estatus de filiación. Creéis en la realidad de esa filiación y vuestra filiación con Dios se vuelve así eternamente real.
44:8.2 (507.7) Son tres los posibles orígenes de las capacidades humanas de carácter especial: en el fondo, siempre existe una aptitud connatural o innata. La habilidad especial nunca es un don arbitrario de los Dioses; en cualquier talento extraordinario, subyace siempre un factor congénito. Además de esta habilidad natural, o más bien complementaria a ella, se puede dar la aportación de la guía del modelador del pensamiento en aquellos seres cuyos modeladores que los habitan pueden haber adquirido experiencias reales y genuinas en otros mundos y en otras criaturas mortales. En esos casos, en los que tanto la mente humana como el modelador interior son excepcionalmente hábiles, se puede delegar en los artesanos espirituales la armonización de estos talentos y ayudar e inspirar alentar, por otro lado, a estos mortales a que persigan ideales cada vez más perfectos, intentando manifestarlos realzados para la edificación del mundo.
57:8.2 (660.4) La atmósfera, junto a la incesante precipitación de humedad, facilitó el enfriamiento de la corteza terrestre. La acción volcánica pronto igualó a la presión del calor interno y la contracción de la corteza y, a medida que los volcanes se reducían rápidamente, y avanzaba esta época de enfriamiento y ajuste de la corteza, lo/s terremotos hicieron su aparición.
65:1.9 (731.4)Anhelamos ese momento en el que el universo se asiente en luz y vida y alcancemos una posible cuarta etapa de nuestra existencia en la que seremos completamente espirituales; si bien, nunca se nos ha revelado la forma en la que podamos lograr ese estatus deseable y avanzado.
69:4.4 (775.4) El trueque silencioso continuó durante mucho tiempo antes de que los hombres se reuniesen, desarmados, en las sagradas plazas del mercado. Estas mismas plazas se convirtieron en los primeros lugares seguros y, en algunos países, se conocieron posteriormente como “ciudades de refugio”. Todo fugitivo que llegara a la plaza del mercado estaba a salvo y protegido de ataques.
78:8.10 (877.1) Sobre el año 2500 a. C., los sumerios sufrieron fuertes reveses a manos de los suitas y de los gutis del norte. Lagash, la capital sumeria construida en elevaciones aluviales de terreno, cayó. Erec resistió durante treinta años tras la caída de Akkad. En el momento de la instauración del reinado de Hamurabi, los semitas del norte habían absorbido racialmente a los sumerios, y los anditas mesopotámicos desaparecieron de las páginas de la historia.
132:4.2 (1460.6) La esencia de su mensaje siempre consistía en el hecho del amor del Padre celestial y de la verdad de su misericordia, junto a la buena nueva de que el hombre es un hijo por la fe de este mismo Dios de amor. En sus relaciones personales, Jesús solía incitar a las personas a que hablaran con él haciéndoles preguntas. El diálogo comenzaba normalmente con las preguntas de Jesús y acababa cuando sus interlocutores le preguntaban a él. En su docencia, era igualmente hábil formulando o contestando preguntas. Por regla general, a aquellos a los que más enseñanzas él les impartía, menos les decía. Los que más se beneficiaron de su ministerio personal fueron mortales abrumados, ansiosos y abatidos, que encontraban bastante alivio porque tenían la posibilidad de desahogar su alma ante un oyente benévolo y comprensivo, y él era eso y mucho más. Y, cuando esos seres humanos inadaptados le contaban a Jesús sus preocupaciones, él siempre sabía darles consejos prácticos y útiles de inmediato, con la mirada puesta en ofrecerles remedio a sus problemas reales, si bien, nunca se olvidaba de añadir palabras que los confortaran en ese momento y los consolaran enseguida. E invariablemente hablaba a estos angustiados mortales sobre el amor de Dios y, de distintas y diversas maneras, les trasmitía el mensaje de que ellos eran los hijos de este amoroso Padre de los cielos.
142:2.1 (1597.1) Había un tal Santiago que se encontraba en Jerusalén para asistir a las festividades de la Pascua. Santiago era un rico comerciante judío procedente de Creta, que había acudido a ver a Andrés para solicitarle una reunión con Jesús en privado. Andrés organizó ese encuentro secreto con Jesús en la casa de Flavio para que tuviese lugar al día siguiente por la noche. Este hombre no podía comprender las enseñanzas del Maestro, y había venido a indagar más sobre el reino de Dios. Santiago le dijo a Jesús: “Pero, Rabí, Moisés y los profetas de antaño nos dicen que Yahvé es un Dios celoso, un Dios de gran ira y furor. Los profetas dicen que odia a los malhechores y cobra venganza de quienes no obedecen su ley. Tú y tus discípulos nos enseñáis que Dios es un Padre generoso y compasivo, que ama tanto a todos los hombres que los acogería complacientemente en este nuevo reino de los cielos, el cual, como proclamas, está tan cerca”.
178:3.6 (1935.2) Juan Marcos los había seguido todo el camino hasta la ciudad, y una vez que entraron por la puerta de esta, tomó a toda prisa otra calle para poder recibirlos en la casa de su padre cuando llegaran.
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